Colau debe decidir qué hacer con el zoo de Barcelona: ¿cierre o continuidad?

El Ayuntamiento debe decidir qué hacer con él antes de que acabe el año. Las propuestas, variadas: desde su continuidad hasta convertirlo en un zoo de especies autóctonas.

Tomado de El Confidencial

Dos elefantes en el zoo de Barcelona. (EFE)

Ada Colau tiene un nuevo debate encima de la mesa: el zoo. No es peccata minuta. La alcaldesa de Barcelona y su equipo deben decir qué hacer con el recinto, si lo cierra o lo mantiene abierto. En septiembre darán una pista a los catalanes porque decidirán qué destino tiene el delfinario de la ciudad. Este sábado, El Periódico ha repasado las diferentes posturas de los expertos que sabrán la decisión final antes de que termine 2016.

Colau puso en marcha un grupo de trabajo con unos colectivos algo dispares para discutir el asunto: desde organizaciones animalistas como Depana o la Asociación de Defensa de Derechos del Animal hasta la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona. El problema es que solo hubo una reunión tras una declaraciones de uno de los invitados que no gustó al resto. El representante de los vecinos apostó por el cierre del recinto y destinar la inversión a fines sociales. Los que defendían su continuidad sugirieron a los vecinos que hicieran lo mismo con el espectáculo piromusical de la Mercé. Un cruce de acusaciones que provocó que la responsable de coordinar los trabajos acabase reuniéndose con los agentes, cada uno por separado, para, después elaborar un informe de propuesta que deberá estar listo este año.

Chimpancés en el zoo de Barcelona. (EFE)

Las propuestas son de lo más dispares, van desde el cierre sin más hasta la realidad virtual, es decir, digitalización y otras tecnologías para suplir los animales reales. Lo ha propuesto Zoo XXI que apuesta por "un viraje de 180 grados en un zoológico que es mercantilista y hacia un cambio de paradigma".

También está encima de la mesa que acoja especies autóctonas. Según contaba 'Economía Digital'​ hace unos meses, dos concejales de la oposición revelaban que los de Barcelona en Comú apuestan por tener ciervos, jabalíes y ovejas en lugar de elefantes, chimpancés y tigres. Hay quien también quiere su continuidad con el argumento de que se pueden recuperar especies en peligro de extinción pero, al parecer, son los menos escuchados.

En septiembre se podrá ver por dónde respira el Ayuntamiento. Hay una reunión convocada para analizar solo el delfinario. Tienen hasta 2019 para poner al día sus instalaciones que necesita una inversión de 10 millones de euros. Pero el debate es el mismo que en el zoo: hay muy pocos que defiendan su continuidad y es probable que acabe cerrando. Quizá el preludio de lo que pasará con el otro recinto.

El zoo de Barcelona no ha estado exenta de polémicas antes de este debate sobre su cierre. En enero, dos asociaciones de defensa de los animales denunciaron al recinto porque mataron intencionadamente y, según apuntaron, de manera injustificada a una cría de antílope asiático recién nacida. El recinto justificó la muerte porque carecía de espacio y de medios en las instalaciones, una práctica, según los denunciantes, extendida en los zoos del mundo y conocida como culling.