Una leona con el cráneo roto, un oso sin quijada y una boa con quemaduras, entre los 96 animales de circo rescatados por Profepa.
Artículo de Astrid Rivera, tomado de
El Universal.com.mx
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La leona de 20 años pesaba solo 40 kilos cuando fue decomisada hace un año.
Fotografías en las que eran evidentes sus lesiones fueron subidas a la red, donde se
inició un intenso debate sobre el uso de animales en circos.
Foto: Humberto Morquecho / El Universal |
"Morelia" salía cada noche al escenario. Iluminada por los reflectores recorría la circunferencia al lado del
Guapo Tarzán, quien con su mazo le propinaba un golpe en la cabeza para lograr su obediencia. Los aplausos y las risas del público caían en cascada.
Cuando las butacas quedaban vacías y las luces se apagaban, la historia detrás de bambalinas perdía la fantasía. "Morelia" iba perdiendo poco a poco su salud.
Un día, un espectador le tomó una fotografía cuando sus condiciones físicas evidentemente eran deplorables. Su pelaje ceñido a su estructura ósea revelaba su desnutrición. El sello de la estancia en el circo eran múltiples cicatrices y lesiones, también se podía intuir que recibía golpes en la cabeza. En esa imagen, "Morelia" parecía incluso estar muerta. Ya se había rendido.
Fue a finales de febrero de 2013 que esa foto comenzó a circular en redes sociales. "Morelia" ganó celebridad sólo así: tendida en una jaula con evidentes signos de maltrato, lo cual puso sobre la mesa de nuevo un debate no tan reciente: el maltrato de animales en circos.
La imagen fue subida a la página de Facebook de Adopta Guadalajara, pidiendo la denuncia del hecho ante la Profepa. La Cadena de la Asociación Nacional e Internacional contra el Maltrato Animal presentó una denuncia por las agresiones sufridas por este ejemplar y comenzó una campaña en redes sociales para localizar el circo, que ya había cambiado de ubicación.
En 2013 inició el Programa Nacional de Inspección de Circos, su finalidad es inspeccionar todas las carpas registradas ante la Semarnat —en total 199—, que tienen autorización para operar con ejemplares de vida silvestre.
De acuerdo con información de la Profepa, de los 68 circos inspeccionados entre abril de 2013 y mayo de este año, 38 reportaron irregularidades y se aseguraron 96 ejemplares.
El subprocurador de Recursos Naturales, Alejandro del Mazo Maza, explicó que durante las inspecciones se verifica principalmente “la legal procedencia de los ejemplares, que tengan programa de manejo, y el tema del trato digno”.
Un ‘hogar’ para curar heridas
El 1 de marzo de 2013, en Jalisco se inspeccionó el Circo Daniel Atayde (Klayvire), donde fueron asegurados por maltrato animal cuatro ejemplares: una tigresa (Selva), una boa (Boatriz), un mono araña (Mona Lisa) y una leona, cuya fotografía circuló en redes. Morelia, de 20 años de edad, pesaba a penas 40 kilos, tenía sarna, lesiones en las patas por la manera en la que se le extrajeron las garras, y una fisura en el cráneo debido a los golpes recibidos con el mazo del Guapo Tarzán.
"Morelia" y los otros animales asegurados fueron trasladados al Bioparque de Convivencia de Pachuca, Hidalgo, que hoy funciona como la primera Unidad de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre en México, para su recuperación.
Inaugurada el pasado 29 de abril, la Unidad de Rescate alberga 246 ejemplares, de los cuales seis fueron rescatados de circos y cinco en operativos de traspatio, es decir, de casas donde los tenían como mascotas. La mayoría de ellos han sido asegurados por autoridades de la Profepa en inspecciones, ya sea en circos, zoológicos o en cualquier situación donde no se cumpliera el trato digno y respetuoso que establece la Ley Federal de Protección de Vida Silvestre.
En una visita guiada, la directora de la Unidad de Rescate y Rehabilitación, Erika Ortigoza, explicó que se trata de un lugar único en su tipo en el país: “Es una unidad transitoria, donde se rehabilita a los animales, se les dignifica y después son reubicados a un santuario”. Una vez rehabilitados, los ejemplares son trasladados al santuario de The Wild Animal Santuary, en Denver, Colorado, con el que se firmó un convenio. Hasta el momento han sido reubicados ocho carnívoros: Tesla, una leona; Zeus, león; Malka, cachorra de león, así como cuatro coyotes y un zorro hembra.
Ortigoza narró las condiciones en las que se encontraban los otros ejemplares rescatados en la misma inspección que a "Morelia". Boatriz, una boa constrictor de más de dos metros, presentaba quemaduras en la cabeza y parte del cuerpo. La hallaron enrollada en un contenedor de plástico, con un cordón en la mandíbula para que no pudiera atacar. Las quemaduras se las atribuyen al fuego. “No sabemos exactamente en qué consistía el acto, al parecer el Guapo Tarzán se enroscaba a la boa y atravesaba un camino con fuego”, comenta Ortigoza. Aunque Boatriz ha mudado seis veces de piel, las huellas de las quemaduras aún son visibles.
Mona Lisa, un mono araña hembra que también acompañaba al Guapo Tarzán, tenía fracturadas las costillas y un tumor en el tórax. “Se extirpó el tumor y lo examinaron para descartar alguna patología. Se comprobó que era debido a golpes”, explica la directora.
Tanto "Morelia" como Mona Lisa y Boatriz se recuperan satisfactoriamente, pero no todos los ejemplares rescatados en esa inspección tuvieron la misma suerte. Selva, la tigresa, debido a la dieta a base de pollo desarrolló insuficiencia renal. Al igual que Morelia, su peso no alcanzaba más de 60 kilos y tenía una grave fractura en el cráneo, que le generaba convulsiones. A los cinco meses de ser rescatada, y tras esfuerzos por lograr su recuperación, Selva no soportó más y durante una convulsión falleció.
Otro ejemplar que se está rehabilitando en el Bioparque de Pachuca es una leona de siete años. Sanshai fue rescatada en un operativo conjunto de la Profepa y personal de la Unidad de Rescate en Tabasco. La hallaron abandonada sobre la carretera, en un carromato, deshidratada y desnutrida. Pesaba 50 kilos, tenía sarna y una fisura en el cráneo. Se le practicó una cirugía de tendón en la pata derecha para que la pudiera estirar. Por la dieta que llevaba a base de pollo, desarrolló una alergia y problemas renales. La posesión de Sanshai aún está en litigio.
El animal más reciente en arribar a la Unidad de Rehabilitación es un oso negro que llegó a principios de mayo. Bailarina Nite, su nombre artístico en el circo, cada función salía a deleitar a su público con un tutú y un velo en la mandíbula que ocultaba la severa infección provocada por la amputación violenta del maxilar inferior. “Suponemos que le dieron golpes de manera tal que quedó expuesto el músculo”, comenta Ortigoza.
Este ejemplar fue asegurado por autoridades del zoológico Bicentenario de Yucatán y de la Profepa, gracias a la denuncia que hicieron trabajadores del circo. Invictus, como fue bautizado el día del rescate, presentaba una grave infección en paladar y lengua, con nódulos en el cuello debido a la presión de la cadena que lo sujetaba. Hoy se recupera exitosamente y se estudia la posibilidad de diseñarle una prótesis, un acto sin precedentes en materia de cirugía animal.
Falta claridad en Legislación
La Ley General de Vida Silvestre, promulgada el 3 de junio de 2000, establece en su capítulo sexto las condiciones para el trato digno y respetuoso a la fauna silvestre, las cuales consisten en adoptar medidas para “evitar o disminuir la tensión, sufrimiento, traumatismo y dolor que se pudiera ocasionar a los ejemplares durante su aprovechamiento, traslado, exhibición, cuarentena, entrenamiento, comercialización y sacrificio”. Pero la ley no específica qué métodos resultan estresantes para los animales, tanto en el entrenamiento o en la exhibición, tampoco se prohíben instrumentos de entrenamiento que producen dolor.
“Todavía está muy abierto, y no hay una norma que nos pueda servir a nosotros como herramienta para poder decir hasta cuándo se considera trato respetuoso. Hay algunos estudios que señalan las características que deben tener los espacios para el manejo de ciertas especies en cautiverio”, comentó al respecto Del Mazo Maza.
La falta de una definición de maltrato en la legislación ha provocado que la prohibición de animales en los circos resulte tan polémica.
Para Antonio Franyuti, director de Animanaturalis en México, los animales de los circos son sometidos a condiciones de maltrato “desde cómo los entrenan hasta cómo viven, cómo los transportan, en jaulas pequeñas de tres por dos [en el caso de los felinos], cuando los tigres se desplazan en grandes extensiones de terreno. Dicen que nacieron en cautiverio, que es su naturaleza. Lo mismo decían de los esclavos, no sienten no se dan cuenta. Nacieron y merecen ser libres”.
Animanaturalis es una organización defensora de los derechos de los animales surgida en Barcelona hace 10 años. Comenzó como un portal de información y hoy está presente en ocho países, con miles de miembros. Ha sido uno de los actores más visibles en México para impulsar la prohibición del uso de animales en circos, la tauromaquía, peleas de perros y charrerías. Su campaña es apoyada por 120 celebridades, entre ellas Marco Antonio Regil y Lupita Jones.
Denuncias en las redes
La fotografía de Morelia que circuló en las redes fue un detonante para traer a debate —en diferentes congresos locales— la prohibición de ejemplares de vida silvestre en los circos. En diciembre de 2013, Querétaro fue la primera entidad en decir “no” al circo con animales. Se sumarían Colima, Guerrero, Guanajuato, Chiapas, Yucatán y Zacatecas. El pasado lunes 9 de junio, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la reforma a la Ley de Espectáculos Públicos, con lo que se convirtió en la tercera ciudad sin animales en los circos.
De la mano con asociaciones civiles, autoridades municipales y estatales, con Profepa y Semarnat, la primera Unidad de Rescate y Fauna Silvestre ha sumado esfuerzos para la rehabilitación de animales víctimas de maltrato.
La rehabilitación no sólo consiste en mejorar las condiciones físicas de los ejemplares, sino también las sicológicas: se busca que los ejemplares no sufran estrés, a través de diversas técnicas, como moverlos periódicamente de lugar, instalar juguetes y ponerles música clásica en sus estancias. Además, se trata de sensibilizar a la población, sobre todo a los niños, con respecto al respeto animal. Actualmente se ha plateado instalar en Colima la segunda unidad de este tipo.
Hoy, Morelia pesa 130 kilos y está por partir, junto con otros ejemplares recuperados, a The Wild Animal Santuary. Ella fue la motivación para transformar el zoológico en la primera Unidad de Rescate y Rehabilitación. “Es el caso más emblemático porque logró recuperarse pese a las condiciones en las que se encontraba, es un símbolo de victoria y de reivindicación”, comenta Ortigoza al tiempo que mira el retrato de la leona sobre su escritorio.