Tomado de El Periódico.com
Una ardilla se alimenta en el Parque Natural de Collserola. (Captura) |
Hace 25 años que Can Balasc dedica sus investigaciones a la flora y la fauna del parque natural de Collserola. Con el paso del tiempo y la evolución de las tecnologías, los biólogos tienen más acceso a ver y oír la vida de los animales a través de la colocación de cámaras de vigilancia y de grabadoras de audio que permiten realizar estudios más precisos .
Estas investigaciones se llevan a cabo para recopilar datos y mostrar el impacto que provocan en la naturaleza infraestructuras como la autopista o los ferrocarriles, así como el impacto que generan las actividades de las personas.
Francesc Llimona, biólogo del parque natural de Collserola, explica: “Collserola es un parque natural pequeño, amenazado, presionado, frágil, pero con unos valores claramente objetivos. El reto es cómo mantener, preservar y mejorar la naturaleza en un espacio tan aislado y impactado por todas partes.”
Las cámaras funcionan de día y de noche gracias a unos sensores de movimiento que las activan. Con las filmaciones se han conseguido ver imágenes de jinetas, que son unos animales bioindicadores a través de los cuales es fácil saber cuál es el estado de lo que les rodea. También se han podido ver animales como los tejones, que se sabía que existían pero que no se habían visto aún en Collserola.
También se estudian los sonidos de la naturaleza a través de grabadoras de audio. Los micrófonos graban el sonido ambiental y el de las especies de aves que habitan el lugar.
Del material recopilado hasta ahora se deduce que la fauna del parque natural de Collserola necesita un espacio tranquilo, con refugios donde poder criar y sin alteraciones del hábitat para mantener la biodiversidad.
Vídeo en catalán.
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