Artículo de Antonio Madridejos, tomado de El Periódico.com
Un tienda de perros y gatos situada en la calle de Sant Eusebi, en el distrito barcelonés de Sarrià-Sant Gervasi, ha sido clausurada por agentes de los Mossos por diversas infracciones de la ley de protección de los animales, especialmente por las condiciones de estancia y de venta de los cachorros, muchos de los cuales estaban infectados de parvovirosis, una grave enfermedad contagiosa.
La clausura ha sido consecuencia de un expediente sancionador abierto por el Departament de Territori de la Generalitat, que es la administración con competencias en la materia, derivado a su vez de las inspecciones promovidas por el Ayuntamiento de Barcelona.
La tienda se llama Puppies y está gestionada por la sociedad DogCatalunyaPerros. Los agentes le han retirado el Registro de Núcleo Zoológico y el certificado que acreditaba su inscripción en él, además de precintar las jaulas donde se hallaban los animales. "En nuestra tienda podrás encontrar el cachorro de tus sueños", destacaba como reclamo la web de la empresa.
Durante el cierre, se han intervenido 83 cachorros -68 perros y 15 gatos-, de los que se ha hecho cargo el ayuntamiento, que se ocupará de garantizar su atención veterinaria y su bienestar. No se ha precisado su destino. Según fuentes municipales, se trata del cuarto comercio de animales que es clausurado en Barcelona por motivos similares en los últimos dos años. Fruto de las diversas inspecciones llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Barcelona, la sociedad propietaria ya fue sancionada en el año 2013 con más de 2.500 euros por motivos similares. Los informes veterinarios de los técnicos municipales pusieron de manifiesto que los cachorros presentaban un desarrollo deficiente para su edad, mala nutrición, síntomas de haber sido confinados en espacios reducidos y, en muchos casos, infecciones graves y enfermedades contagiosas.
Además del cierre de la tienda por dos años, se ha inhabilitado a la empresa para la tenencia de animales durante el mismo periodo y se le ha impuesto una multa de 3.363 euros.
El origen de esta actuación es la denuncia interpuesta el pasado enero por una entidad animalista, Faada, ante la Oficina de Protección de los Animales de Barcelona. Tras las actuaciones del ayuntamiento, el Gobierno catalán incoó un expediente sancionador en el que se denunciaban las inadecuadas instalaciones donde se mantenían los animales desde un punto de vista tanto higiénico como de bienestar. Igualmente, se imputaba a la empresa por vender cachorros con síntomas aparentes de patologías parasitarias infecciosas y se denunciaba que la sociedad no había tomado las medidas necesarias para que disfrutaran de la alimentación adecuada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario