Artículo de B. Tobalina, tomado de La Razón.es
Cuando llega el fin de la temporada de caza saltan las alarmas sobre el aumento de perros abandonados, maltratados, ahorcados. Las opiniones y datos de cazadores y de protectoras son diametralmente opuestos. Pero ¿qué supone a nivel anual? Lo cierto, es que aunque siempre se pone el acento en los perros de caza, los datos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), muestran otra versión, que si bien, eso sí, sólo se refiere a las intervenciones de este Cuerpo, precisa Luis Solanas, alférez de la Jefatura del Seprona.
En concreto, según el estadillo de maltrato de perros durante 2016, en el 36,40% de los abandonos las víctimas fueron razas de caza, incluidos los galgos. Respecto a los ahorcamientos, según los datos de la Guardia Civil, en las operaciones que ellos llevaron a cabo en 2016, se detectaron 18 perros ahorcados, siendo tres galgos, seis perros de otras razas de caza y otros nueve canes. Es decir, el 50% de los perros ahorcados fueron perros de caza. En cuanto a los animales golpeados, el 23% de los perros de caza fueron las víctimas de las palizas no mortales y el 8,69% en el caso de palizas mortales.
En cuanto a la desnutrición, el Seprona rescató el pasado año a 136 canes en estas condiciones: el 27,2% eran de caza. La situación se repite en cuanto al envenenamiento, el comercio ilegal, el transporte inadecuado y las infracciones penales y administrativas por higiene, sanidad y alojamiento.
La situación cambia en el caso de denuncias respecto a a tiroteos y robos o sustracción. Durante 2016, el Seprona detectó la muerte de 26 perros por arma de fuego y otros 11 fueron heridos por una bala. Pues bien, aunque en el 27,27% de los casos las víctimas no mortales de arma de fuego fueron perros de caza, este porcentaje asciende al 65,38% cuando hay muerte. Respecto a los robos, el 80,46% de los canes robados fueron perros de caza. «Todos los días recibimos denuncias de ciudadanos alertando de la venta ilegal de animales y de maltrato animal. Los robos de galgos se denuncian mucho», afirma el alférez Solanas.
En total, el 32,8% de los animales afectados por estos maltratos (infracciones y delitos) fueron protagonizados por razas de caza, incluidos los galgos. Es decir, uno de cada tres.
«Es un dato significativo y verídico, pero la Guardia Civil no recoge datos de todos los animales», precisa Matilde Cubillo, presidenta de Justicia Animal y de la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid (Fapam). Misma opinión tiene Miguel Valiño, presidente de la Asociación Baas Galgo, de ahí que «tanto nosotros como SOS Rescue hayamos decidido denunciar cada perro que recojamos». Y es que el problema de fondo es que en la actualidad no se hacen estudios a nivel nacional sobre qué razas son las más afectadas por el maltrato. Algo esencial para intentar ir a la raíz del problema del abandono y del maltrato.
De hecho, según al especialista al que se pregunte, se habla de unas razas u otras. Mientras unos ponen el acento de perros de caza, otros lo ponen en los catalogados como potencialmente peligrosos. Pero los datos del Seprona son los únicos que hay en la actualidad. «No hay estudios ni a nivel estatal ni por comunidades que hagan un análisis a tenor de las razas. En la Comunidad de Madrid, entre el 50 y 60% de los perros que entran en los albergues son de caza, sobre todo podencos», precisa Cubillo. En cuanto a los ahorcamientos, hay casos en los que los agentes cuando llegan los perros están en tal nivel de putrefacción que resulta prácticamente imposible saber qué raza es», añade.
Ángel Nuño, vicepresidente de la Asociación de Rehalas Regionales Españolas (Arrecal), asegura que son los primeros interesados en que se ponga fin al maltrato. «Por las rehalas ilegales pagamos justos por pecadores. El 60% de los dueños de rehalas tenemos un núcleo zoológico y tenemos que dar las altas y las bajas de los perros. Casi todos los años tenemos inspección por parte del Seprona. Si un perro mío no está, me preguntarían por él».
El problema es que el resto no. «Hay rehalas sin núcleo zoológico. Podrían llamarse ilegales, pero la administración lo permite. En Aragón, por ejemplo, hasta seis perros no tienen un núcleo zoológico y es cierto que algunas personas utilizan la picaresca», explica Nuño, que, al preguntarle por qué se ve a tantos podencos en las protectoras, afirma que «hoy muchas personas tienen perros de caza en su hogar. Por lo que si hay más podencos en protectoras no tienen por qué ser de rehalas».
Nuño recuerda que la temporada de caza es entre octubre y febrero. Pues bien, según el último estudio de la Fundación Affinity, de los 104.501 perros abandonados que fueron recogidos por protectoras en 2015, un 7,7% fueron en febrero, un 8% en marzo... De hecho, julio, con un 9,2% fue el mes en el que más animales recogieron. Aunque, como apunta Cubillo, «la cría de perros para la caza la hacen durante todo el año».
Arrojada en una tinaja
Syrah fue arrojada dentro de una tinaja en Fuensalida, en donde casi muere de inanición. Se hizo cargo de ella la Asociación Baas Galgo después de que una vecina les alertara a ellos y a la Policía Local. Le pusieron un microchip, porque no tenía, y recibió los cuidados del veterinario. Hoy, Syrah está en casa de acogida esperando ser adoptada
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