Tomado de El Espectador.com
Un "sin techo" de Río de Janeiro con su mascota perfectamente protegida y cuidada. |
El periodista Glenn Greenwald, ganador del premio Pulitzer en 2014, y su esposo David Miranda, un concejal de Río de Janeiro, decidieron crear un refugio para animales abandonados en donde trabajaran habitantes de la calle, con el fin de mejorarles su calidad de vida.
Greenwald escribió un artículo en el portal de animales The dodo, en el que asegura que “muchos asumen que los animales que viven con habitantes de la calle son maltratados y desfavorecidos. Pero la verdad es otra. El lazo que se crea entre estas personas y la mascota es más fuerte y profundo de lo que cualquiera pueda imaginar. La necesidad mutua y la intensa devoción que esta población y los animales desarrollan es inspiradora y puede que no se encuentre en otro contexto”.
El refugio que aún no ha iniciado sus labores pretende que los únicos trabajadores sean habitantes de la calle que “han demostrado afinidad por el cuidado de los animales en necesidad”. Los creadores de la iniciativa realizaron un convenio con una entidad en Río de Janeiro, llamada CREAS, dedicada a ayudar a esta población, con el fin de asesorar a las personas que van a ser contratadas para que puedan encontrar una vivienda, aprendan a hacer uso de su dinero y puedan tener una mejor transición a una nueva vida.
Los dueños de esta iniciativa proyectan que el gasto anual del refugio, incluyendo el sueldo de los empleados y la atención médica de los animales, será aproximadamente 250 mil dólares. Greenwald explicó en una entrevista al portal Democracy Now que grupos empresariales aportaron a la causa y ayudaron a conseguir el lugar donde se construirá el refugió. Sin embargo, esperan que muchas personas se sumen y realicen donaciones.
El refugio ya cuenta con un equipo de voluntarios incluyendo veterinarios, enfermeras y activistas que ayudarán a realizar labores como el rescate de los animales, la atención médica y la búsqueda de un hogar.
“La compasión, empatía y el sacrificio entre los habitantes de la calle y sus animales es extraordinaria. Es difícil explicar la emoción que da ver a un hombre con hambre que recibe desesperadamente un plato de comida y sin pensarlo lo divide para compartirlo con su perro o gato hambriento”, aseguró Greenwald.
Una socióloga de la universidad de Colorado realizó una investigación llamada “Mi perro siempre come primero”, en la que ratificó el impacto positivo que los animales tienen en la vida de los habitantes de la calle.
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