Tomado de Terra
Un grupo de caballos. Foto: www.uniobregon.com |
En 2007, los activistas lograron el cierre de tres plantas procesadoras de carne de caballo que existían en Estados Unidos, pero las exportaciones estadunidenses de equinos a México y Canadá se han disparado.
En México y Canadá los caballos son sacrificados y su carne exportada luego a Europa y Asia, donde muchos de sus habitantes consideran la carne de equino como un manjar.
Una pequeña cantidad de carne también es importada de regreso en Estados Unidos para alimentar a animales de zoológicos.
De acuerdo con la Equine Welfare Alliance (Alianza para el Bienestar Equino), Estados Unidos exportó a México el año pasado 84 mil 907 caballos, 787 por ciento más que los 10 mil 783 de 2006, un año antes del cierre de los rastros equinos estadounidenses.
Las exportaciones a Canadá también se han elevado en la ultima década. El año pasado, Estados Unidos exportó a ese país 45 mil 269 caballos.
Desde 2006, poco mas de un millón de caballos estadounidenses han sido enviados a México y Canadá para ser sacrificados y su carne exportada a Europa y Asia.
Las crecientes exportaciones de caballos a ambos países han estimulado la oposición de más de una veintena de organizaciones nacionales de defensa de los animales que están presionando al Congreso de Estados Unidos para que las prohíba.
Los distintos grupos están recabando apoyo para que se apruebe la iniciativa de Ley de Salvaguarda de Exportación de Alimentos Americanos (SAFE), para prohibir completamente la matanza de caballos y su exportación para ser sacrificados.
La iniciativa de HR 1942, que está pendiente en la Cámara de Representantes, declararía a la carne de caballo como no segura para el consumo humano debido a los medicamentos que se les proporcionan a los animales, y prohibiría transportar equinos con propósito de consumo humano, frenando su exportación.
Los defensores de los animales argumentan que la exportación de los caballos para su matanza en México y Canadá, no es ninguna forma de eutanasia y a menudo implica el abuso y negligencia.
"La opinión pública está en el lado de los caballos", dijo Holly Gann, integrante de Sociedad Humana de Estados Unidos, una de las principales organizaciones de derechos de los animales en este país.
Una encuesta nacional realizada en 2012 mostró que el 80 por ciento de los estadounidenses se oponen al sacrificio de caballos para el consumo humano.
Según la Asociación Estadounidense para la Prevención de la Crueldad en los Animales (ASPCA), hasta un millón de ciudadanos estarían dispuestos a adoptar un caballo, si no se autoriza ya más su exportación para su sacrificio.
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