Tomado de Tierra de Gracia
En el zoológico de Caricuao (Caracas) los animales mueren de hambre porque no cuentan con una alimentación equilibrada, algunos yacen débiles y apenas se mueven con desgano, pues solo se alimentan de calabaza y mango, a otros los rondan los buitres.
La elefanta Ruperta deja al descubierto la deshidratación en su piel marchita por los rayos del sol y la debilidad por no alimentarse. El lugar donde se encuentra está seco y desamparado, ni siquiera hay monte para que coma. A duras penas camina y alza la trompa para saludar. Más allá el león, casi sin aliento, está con la mirada perdida, casi no puede sostenerse en pie.
Pero, además, la insalubridad les hace compañía a las especies. Lagos y estanques donde están patos, caimanes y tortugas tienen bolsas y envases plásticos flotando, el agua está verde y mohosa; las áreas de los caballos, búfalos, zorros, mapaches y otras especies están deterioradas y sin grama.
Marlene Sifontes, secretaria de Inparques, dijo que el tapir macho que murió el 5 de julio se le estaba suministrando la mitad de la dosis de alimentación que requería; solo le daban calabaza. Agregó que el personal que alimentaba al animal en vía de extinción “no está calificado para la nutrición animal”.
Explicó que anteriormente la empresa Doña Chela abastecía de alimentos al zoológico para proveer la dieta diaria de los animales en cautiverio, pero la retiraron luego de la creación de la empresa de producción socialista El Samán, manejada por el Frente Francisco de Miranda.
Sifontes aseguró que los trabajadores empezaron a reportar irregularidades en la variedad de alimentos cuando reclamaban a la empresa que solo llevaban remolacha. “Comenzaron a agregar zanahoria y así sucesivamente”. No obstante, destacó que la compra de la comida para los animales ahora la está haciendo directamente Inparques. “Los concentrados para patos tienen más de un año que no hay, y les están dando pienso de perros”. Por los problemas en la alimentación, aseguró que han muerto más de 50 animales en el zoológico de Caricuao, entre báquiros, conejos, tapires, puercoespines y cochinos vietnamitas. Además, denunció el robo de 8 cochinos pequeños de las instalaciones del parque.
Un trabajador de seguridad, que pidió mantener su identidad en resguardo por temor a quedar sin empleo luego de dar información, reiteró la precariedad en la que viven los animales: “Han muerto últimamente por vejez y falta de alimentación. Los tapires estaban desnutridos, solo comían calabaza. Ellos deben ingerir también vegetales y frutas. El hipódromo de La Rinconada envía carne de caballo para alimentar a los felinos”.
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