Tomado de Diario de Navarra.es
El cerdo Quinín recibiendo caricias de su dueño. Captura del vídeo. |
Conocimos a Quinin en 2008, con tan sólo un año, cuando su docilidad y saber estar le salvaron de una muerte segura. Se comportaba como un perro, obedecía a las órdenes de su dueño e incluso se creó una plataforma para liberarlo de tan cruel destino.
A todos les conquistó su simpatía y decidieron darle una nueva vida. Hoy ocho años después se ha convertido en un vecino más de la localidad coruñesa de Dumbría pero no en uno cualquiera. Decidieron adoptarlo y ahora tiene casa propia en el centro del pueblo, finca para los ratos de ocio y menú a la carta.
Con los años Quinín se ha acomodado. Lejos quedan sus largos paseos, sus carreras o su visita obligada al bar. Ahora, el puerco más famoso de España, prefiere tumbarse al sol y dejarse querer por los vecinos. Revelándose contra el refranero a Quinín nunca le llegó su San Martín. Eso sí, ahora tiene que convivir con las exigencias de la fama y con los selfies.
A todos les conquistó su simpatía y decidieron darle una nueva vida. Hoy ocho años después se ha convertido en un vecino más de la localidad coruñesa de Dumbría pero no en uno cualquiera. Decidieron adoptarlo y ahora tiene casa propia en el centro del pueblo, finca para los ratos de ocio y menú a la carta.
Con los años Quinín se ha acomodado. Lejos quedan sus largos paseos, sus carreras o su visita obligada al bar. Ahora, el puerco más famoso de España, prefiere tumbarse al sol y dejarse querer por los vecinos. Revelándose contra el refranero a Quinín nunca le llegó su San Martín. Eso sí, ahora tiene que convivir con las exigencias de la fama y con los selfies.
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