En algún lugar bajo la lluvia siempre habrá un perro abandonado que me impedirá ser feliz. Jean Anouilh
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sábado, 21 de noviembre de 2015

Erauskin: «Maltratar a un animal no debería salir gratis, la gente tiene que ir a prisión»

JOSÉ MARI ERAUSKIN, ABOGADO, Defiende a los animales ante la justicia y considera «necesario» que los ciudadanos denuncien cuando se incumplan sus derechos más básicos

Artículo de Ainhoa Muñoz, tomado de Diario Vasco


Erauskin junto a su perro "Leopoldo" un pastor alemán que recogió en una
calle de Huelva, estaba abandonado y con una otitis crónica. / LUSA

«Que no parezca algo normal, eso es lo que debemos conseguir con el maltrato animal». Las palabras del abogado guipuzcoano José Mari Erauskin son claras y tajantes. No soporta a quienes vejan a cualquier animal. Y no es para menos. «La sociedad cada vez está más sensibilizada que matar, pegar o abandonar a un animal es una auténtica crueldad», dice. Por eso anima a todos los ciudadanos a que acudan a las autoridades cuando alguien vea que no se están cumpliendo los derechos mínimos de los animales.

- ¿Es ahora una práctica más habitual denunciar un caso de maltrato animal?

- Sí, la gente tiene cada vez una conciencia mayor sobre este tema y ahora se alza más la voz por los animales. Aunque reconozco que me causa sorpresa que la gente se sorprenda cuando alguien va a la cárcel por matar a palos a un animal. Hay un artículo en el Código Penal que dice que maltratar a un animal injustificadamente tiene penas de prisión y resulta que, cuando se aplica, la gente se queda con la boca abierta. El problema es que antes no se cumplía y ahora sí.

- ¿Se refiere al caso del caballo 'Sorky'? Por primera vez en España un condenado por maltrato animal ha ingresado en prisión, después de que un hombre apaleó hasta la muerte al caballo tras un mal resultado en una carrera de trote.

- La verdad, estamos felices por esa resolución, pero llevamos años intentando que personas como este individuo terminen cumpliendo la condena que merecen y entren en la cárcel. Lo que ha conseguido la jueza que llevó este caso es que se abra un camino para que la gente se dé cuenta de que maltratar animales no sale gratis.




- ¿Qué condenas existen para alguien que se atreve a maltratar a un animal?

- Hay que diferenciar cuándo el maltrato animal es un delito o es una infracción administrativa. Es decir, si alguien tiene un perro toda la vida encadenado, sin agua y a la intemperie estaría incumpliendo una ordenanza municipal, porque éstas dicen que los animales deben estar bien alimentados, en lugares de esparcimiento y en unas condiciones higiénico-sanitarias adecuadas. La denuncia entonces habría que ponerla en el ayuntamiento de turno o incluso ante cualquiera de las tres diputaciones, porque hay una legislación en el País Vasco de tenencia de animales que exige lo mismo. En este caso estaríamos ante una infracción.

- ¿Y hasta qué límites hay que llegar para considerarlo un delito?

- Si ese mismo perro, como consecuencia de su estado, tiene alguna lesión que menoscaba su salud, ya estaríamos ante un delito. ¿Por qué? Porque su situación de dejadez le perjudica en su bienestar de vida. Ni siquiera hace falta pegarle para que se considere maltrato animal. Estos perros que están toda su vida atados sin poder correr acaban con las patas atrofiadas, y no les han 'zurrado'.

- ¿Ante qué penas se enfrentarían?

- La pena de prisión oscila entre 6 y los 24 meses. Aunque hace unos meses hemos logrado cambiar un artículo del Código Penal donde, además de la cárcel, decía que la persona condenada era inhabilitada para poder trabajar con animales. Claro, esto para nosotros era algo ridículo y poco razonable. Un carpintero que maltrata a un animal no trabaja con ellos y, según la legislación, podía seguir teniéndolos como mascotas. Ahora, en cambio, la inhabilitación también incluye la pertenencia de cualquier animal. Además, la ley de Protección Animal antes solo se refería animales domésticos o amansados. El problema era cómo catalogar qué es un animal doméstico, porque la gente hoy en día tiene de todo en sus casas. Sin embargo, ahora la ley contempla a cualquier animal que no viva en estado salvaje.

- ¿Y el abandono? ¿Cómo se catalogaría?

- Hasta hace nada el abandono apenas tenía penalización, era una mera falta, porque se consideraba que el animal podía sobrevivir por sus propios medios. Ahora, en cambio, ya es un delito.

- Supongo que los perros son el animal que peor parados salen en este tema. En Gipuzkoa, una veintena de canes son recogidos de la calle cada semana.

- Los perros y también los gatos. El problema verdadero que tiene el abandono -además del sufrimiento que se provoca en el animal-, es que tiene otras consecuencias nefastas.

- ¿Como cuáles?

- El primer problema es que estos perros se pueden asilvestrar. En muchas zonas de España, especialmente en Asturias, hay muchos desastres que se asocian a lobos, cuando en realidad han sido provocados por perros que, por necesidad, se han convertido en animales 'salvajes' y depredadores. Otro inconveniente es que pueden provocar accidentes de circulación cuando andan sueltos por la calle y, por último, que hay riesgo de propagación de enfermedades, porque lo lógico es que se trate de animales con parásitos.

- Para evitar todo este tipo de maltratos, ¿cómo cree que se puede sensibilizar a las personas para que no lo hagan?

- Considero que la educación y el respeto hacia un animal se debe dar desde pequeño, en los colegios. Yo vería lógico y creo que sería necesario que cada escuela cuente con algún animal, que los niños se acostumbren a verle, porque estos niños van a despertar cierta sensibilidad. Además, creo que los adultos deberíamos dejar de contarles milongas a los críos.

- ¿A qué se refiere?

- Les contamos que los animales viven felices en las granjas, cuando no es verdad. Tendrían que saber en qué condiciones viven las vacas en los mataderos o los pollos en un gallinero. Los niños no saben que a los pollitos los ponen en unas cinta corredora que va directamente a una trituradora, o que los terneros viven sin poder moverse. Esta es la cruel realidad. Ya lo decía Paul McCartney: «Si las paredes de los mataderos fueran de cristal, nadie comería carne». ¡Ojo! Con esto no quiero decir que no se deba comer carne. A lo que me refiero es que el problema no está en la muerte del animal, porque tarde o temprano todos vamos a morir, el problema está en las condiciones de vida hasta que llegan a su muerte.

- Parece que solo queda recurrir a la ley entonces.

- Lo que hay que hacer es denunciar. No quedarnos callados cuando vemos que no se cumplen los derechos mínimos de los animales. Tenemos que intentar que se cumpla la legislación sobre la muerte de animales como en el caso de los mataderos, pero también sobre el sufrimiento que padecen algunos. A los animales no se les considera merecedores de derechos porque aún no se admite que el animal siente. Pero es evidente que los animales sufren y tenemos el deber moral de evitarlo.

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