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viernes, 6 de noviembre de 2015

Causa para juicio en histórico caso de finca de animales de Cayey

Es la primera vez en Puerto Rico que se procesa a una persona por maltratar a más de 100 animales y causar la muerte de tres.

Artículo de Dalissa Zeda Sánchez, tomado de El Nuevo Día.com


Se encontró causa para juicio por los delitos de maltrato de animales, hacina-
miento y por criar animales para la venta sin tener los permisos de Salud.
(GFR Media)

El juez administrador del Tribunal de Guayama, José M. D’Anglada Raffucci, encontró hoy causa para juicio contra Judith Ayoroa, la mujer imputada de mantener bajo condiciones deplorables en su residencia en Cayey a más de 100 perros de raza que luego vendía a través de internet.

Este caso, que se encontraba en la etapa de vista preliminar en alzada, es histórico ya que es la primera vez que en Puerto Rico se encuentra causa para acusar a una persona por administrar una finca de animales, o lo que en Estados Unidos se conoce como un “puppy mill”.

D’Anglada Raffucci encontró causa para juicio por los delitos de maltrato de animales, hacinamiento y por criar animales para la venta sin tener los permisos del Departamento de Salud que ordena la ley. El maltrato de animales en tercer grado es un delito grave que conlleva una pena de hasta ocho años de cárcel, según explicó la fiscal Maritza Reyes. Asimismo, vender animales sin licencia podría significar una pena de hasta tres años de cárcel.

“El interés nuestro era enviar el mensaje de que el maltrato que recibieron esos animales fue tan grave que les causó la muerte. Esto sienta un precedente porque es la primera vez que se procesa a una persona en un caso donde las víctimas animales son tantas. Fueron 102 perros de raza”, expresó la fiscal.

“Nos sentimos satisfechos (cuando el juez halló causa) porque al fin tenemos a un juez que reconoce que esto es un problema real y serio y que a los animales se les tiene que respetar igual que a los seres humanos. (El juez) pudo entender que el que maltrata un animal puede maltratar a un ser humano”, abundó Reyes. 

Y es que el pasado 16 de junio la jueza María del Pilar González Moreno, del Tribunal de Cayey, no encontró causa para juicio luego de que el ministerio público desfilara prueba en una vista preliminar que se extendió durante nueve meses.

La vista preliminar en alzada comenzó el pasado 10 de septiembre y concluyó hoy con la decisión del juez de llevar el caso a juicio. De acuerdo con la fiscal Reyes, la lectura de acusación será el próximo 23 de noviembre y el juicio está pautado para comenzar el 14 de diciembre.

El “puppy mill” de Cayey

Este caso cobró notoriedad y fue conocido como el “puppy mill” (granja de perros) de Cayey tras un allanamiento efectuado el 18 de febrero del año pasado por voluntarios de la organización Oficiales Investigadores de Crueldad Animal (OICA); su presidenta, Iris Quiñones; agentes de la Policía, y la veterinaria forense Yesenia Fernández.

Al momento de la intervención, la mayoría de los perros -de raza Yorkshire terriers y dashchund- presentaban enfermedades de la piel, infecciones de ojos y oídos, las uñas extremadamente largas que les impedían moverse bien, desnutrición y otros tenían el pelo muy enredado, mientras varias de las perras estaban preñadas, según narró Fernández en entrevista previa con ELNUEVODIA.COM.

“Las condiciones en las que los encontré son las que típicamente se ven en un ‘puppy mill’. Son perros que apenas se mueven del lugar donde los tienen, por eso las uñas largas. No reciben cuidado veterinario a pesar de que la persona a cargo devenga mucho dinero vendiendo las crías”, abundó la experta, quien fungió como perito en el caso.

Fernández añadió que, en ese tipo de ambiente, los animales pasan toda su vida bajo condiciones deplorables y de sufrimiento debido a que “para el encargado, la única función de estos perros es producir unas crías para poder venderlas. No son mascotas”, lamentó.

Durante el allanamiento, 102 perros fueron rescatados y a cuatro de ellos se les aplicó la eutanasia debido a las terribles condiciones de salud en las que se hallaban. Según la presidenta de OICA, los que sí se salvaron fueron atendidos en diversas clínicas veterinarias, rehabilitados, y dados en adopción en hogares tanto en Puerto Rico como en Estados Unidos.

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