Tomado de El Huffingtonpost
Chapa y Pote ya a salvo a la espera de una familia definitiva. |
Amparo Martín, la voluntaria y presidenta de la Asociación Protectora de Perros Abandonados El Portalico, se ha convertido en el ángel de la guarda de los dos cachorros desde que, junto a otras compañeras, tuvo que limpiarles todo el alquitrán con lavavajillas y aceite de girasol. Asegura que Chapa y Pote están prácticamente recuperados físicamente y mucho mejor psicológicamente, pero… “Están muy tristes porque no encuentran un adoptante”, subraya. Y eso a pesar de su aparición a principios de julio en el programa El Hormiguero, de Antena 3.
“Hubo primero una familia de Cartagena que se echó atrás. Luego, una veterinaria en Vigo quedó en mandarnos los papeles pero no daba señales de vida, la llamé e incluso me respondió: ‘No, aquí no es’. Y una familia de Elche de la que no hemos vuelto a tener noticias. Increíble”, se lamenta Amparo, que ha tenido que llevarse a los dos cachorros a su casa. “Los saqué del refugio, porque allí estaban en una sala y muy tristes”, recuerda.
Explica que no piden muchos requisitos para adoptar a los perros. Debe ser una familia acostumbrada a estos animales porque, tras la experiencia del alquitrán, “son más tímidos”. Y, sobre todo, quien se los quiera llevar se tiene que responsabilizar de los dos. En el refugio no van a permitir que Chapa y Pote se separen. “Con el trauma que llevan, ya han pasado todo juntos y separarlos no lo llevarían bien. Sería muy traumático”, aclara Amparo.
Si estás interesado en adoptar a Chapa y Pote, ponte en contacto con El Portalico en el teléfono 638 493 108 o en el email contact@elportalico.orgEste último requisito parece que es el que está echando para atrás a más gente. “Todos los que nos han llamado ya tenían experiencia, pero al ser dos perros dicen que es mucho, que quieren uno solo. La mayoría de la gente que ha llamado vive en pisos y por eso no pueden adoptarlos a los dos juntos”, explica la presidenta de El Portalico.
Pero en esta historia no todo es tristeza. Los cachorros ya están recuperados físicamente de esa experiencia que estuvo a punto de acabar con su vida. De hecho, en aquella balsa de alquitrán Chapa y Pote perdieron a un tercer compañero. “Es un milagro que no les afectara ni a los riñones ni al hígado porque todo ese alquitrán pasó por la sangre y es muy tóxico”, recuerda Amparo. Los perros sufrían quemaduras en los ojos, con úlceras, y es lo único que todavía no tienen bien del todo. En cualquier caso, el tratamiento cada vez es más espaciado y solo necesitan colirio cada dos días.
Amparo celebra que los cachorros están cada vez mejor psicológicamente, que van cogiendo más confianza y que son “super tranquilos y super maduros”. “Lo que han sufrido les ha hecho madurar muy rápido. Son perros que parecen adultos. No rompen nada ni hacen trastadas. Muy tranquilos con los demás, son buenísimos”, afirma.
Y, mientras aparece un adoptante, Amparo seguirá cuidando de ellos. “Yo estoy viendo que como nadie contacta al final me los voy a quedar. Están muy bien aquí en mi casa, tengo muchos perros y están muy bien integrados. Y digo: donde hay diez caben doce”. Su ángel de la guarda.
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