Artículo de Manuel Ansede, tomado de El País.com
Una investigadora sostiene un ratón utilizado para investigar la malaria. Cordon Press (Getty-Quality) |
Los científicos en España utilizaron 844.473 animales por primera vez en 2015 y reutilizaron 14.473, hasta un número total de usos de casi 859.000, según el último informe del Ministerio de Agricultura. La cifra es difícil de comparar con años anteriores, debido a la aplicación de una nueva metodología de recuento impuesta por la Unión Europea, pero en líneas generales el número de animales empleados en investigación y docencia ha caído un 40% desde 2009.
El informe registra unos 491.000 usos de ratones, 99.000 de aves de corral, 58.000 de ratas, 55.000 de peces cebra, 31.000 de conejos, 9.000 de cerdos y 210 de caballos y burros, entre otros. En cuanto a los primates, destacan los 346 usos de macacos. El empleo de animales de compañía es mucho menor, con 896 usos de perros y 361 de gatos. Históricamente, la investigación con perros ha sido clave para descubrir la insulina de los diabéticos, para desarrollar los marcapasos y para perfeccionar los procedimientos de transfusión de sangre. Los gatos se suelen emplear para estudiar problemas de visión compartidos con los humanos.
La psicóloga Teresa Rodrigo, presidenta de la Sociedad Española para las Ciencias del Animal de Laboratorio (SECAL), pide coger los datos de 2015 “con pinzas”, ya que solo es el segundo año en el que se aplica el nuevo método de recogida de datos. Este sistema europeo es mucho más detallado y no registra cuántos animales se emplean, sino cuántas veces se utilizan o reutilizan. Ya no se habla de animales, como antes de 2014, sino de usos de los animales.
El propio Ministerio pide cautela a la hora de interpretar los datos de los años 2014 y 2015, ya que los centros de investigación y las autoridades todavía no se han familiarizado por completo con la metodología europea. Si, pese a todo, se comparan los periodos, los usos de animales aumentaron un 4,5% en 2015 respecto al año anterior, en un contexto de leve recuperación de la investigación en España.
Las principales organizaciones científicas españolas se comprometieron en septiembre de 2016 a aumentar la transparencia de sus experimentos con animales, mediante un acuerdo promovido por la Confederación de Sociedades Científicas de España. Sin embargo, el Ministerio de Agricultura colgó en su web el último informe sobre el sector —con datos de 2015— en noviembre de 2016, sin ningún anuncio público. Teresa Rodrigo, responsable de varios animalarios de la Universidad de Barcelona, hace un llamamiento a aumentar la transparencia. En Reino Unido, las autoridades ofrecen una rueda de prensa anual para comunicar los datos a la sociedad, sin nada que esconder.
Fuentes de Agricultura se justifican en que “son multitud los informes, balances, estudios y estadísticas que elabora y actualiza el Ministerio en todas las áreas, pero no se saca nota de prensa de cada uno de ellos”. Sí se publican en su web, aseguran las mismas fuentes, para que las personas interesadas puedan tener acceso a la información.
Pese a la oposición radical de algunas organizaciones animalistas, la investigación con animales es imprescindible actualmente para el avance de la medicina, tanto humana como veterinaria. Los animales empleados en 2015 participaron en estudios sobre el cáncer y enfermedades nerviosas, cardiovasculares y gastrointestinales, principalmente. En la UE no se permite desde 2013 la venta de cosméticos testados en animales.
Uno de los grandes cambios de la nueva metodología europea es que detalla el grado de severidad de los procedimientos a los que fueron sometidos los animales. El veterinario Javier Guillén destaca que “en la mayor parte de los casos no existe sufrimiento”. Apenas el 8% de los 859.000 usos implicó un dolor, un sufrimiento o una angustia catalogados como severos. El 83% de los procedimientos fueron clasificados como leves o moderados. El 9% fueron animales que no recobraron la consciencia tras someterse a una operación con anestesia general.
Guillén es director para Europa y América Latina de la Asociación Internacional para la Evaluación y Acreditación del Cuidado de Animales de Laboratorio, una organización que promueve “el trato humanitario de los animales”. El veterinario destaca la aplicación obligatoria en la UE del principio de las 3 R: reemplazamiento de los animales por cultivos celulares o simulaciones informáticas cuando es posible, reducción del número de animales empleados a los estrictamente necesarios y refinamiento de los experimentos para mejorar el bienestar animal.
El principio de las 3 R y los recortes en los presupuestos para I+D explican la reducción del 40% de los animales utilizados en los laboratorios desde 2009. La presidenta de la SECAL subraya, además, que esta disminución es mayor de lo que muestran las estadísticas oficiales, ya que antes de 2014 no se contaban los cefalópodos —como pulpos, calamares y sepias— ni la cría de determinados tipos de animales modificados genéticamente.
Para Teresa Rodrigo, el objetivo es seguir disminuyendo el número de animales empleados en los laboratorios. “Todos estamos de acuerdo en que hay que seguir avanzando hacia su reemplazo, pero ahora mismo siguen siendo esenciales en la investigación”, zanja.
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