Artículo de Teresa Almendros, tomado de Diario de Cádiz.es
La perrita Vida, con una de sus patas traseras mutilada por culpa de su antiguo dueño. |
Vida es una perrita de dos meses y medio y es el último caso que ha trascendido de maltrato animal en la ciudad. Así lo ha querido dar a conocer la protectora Uprocanes, cuyos voluntarios están ya cansados de ver todo tipo de atrocidades y han querido hacer pública la historia de esta cachorrita para tratar de sensibilizar al mayor número posible de personas.
Según relatan desde la asociación Vida se enganchó la patita mientras corría y se hizo una herida. Su dueño, en lugar de llevarla al veterinario y "para que no hiciera mosca", ni corto ni perezoso le cortó un trozo de la pata herida y la dejó así, sin anestesia, sin antibióticos, sin curas, sin comida... Vida tiene una infección que le ha necrosado toda la pata y en estos momentos, tras haber pasado por el quirófano y amputársele toda la pata, está luchando por sobrevivir. "No sabemos si lo conseguirá", dicen desde Uprocanes.
Desde la protectora han denunciado en repetidas ocasiones el alarmante incremento del maltrato y el abandono en la ciudad. "Hoy queremos que el terrible dolor y sufrimiento de Vida no sea en vano y por ello alzamos nuevamente nuestra voz para demandar acciones contundentes a las autoridades contra estos casos cada vez más habituales", exponen.
La perrita Vida ha tenido la suerte de encontrar a Mamen, voluntaria de Uprocanes, en su camino, que la rescató y se ha hecho cargo de ella, pero no todos los animales maltratados consiguen esta ayuda.
En sólo un año el servicio municipal de recogida de animales se ha hecho cargo de más de 800 animales y este año las cifras van a ser aún mayores, según vaticinan. "El abandono se está convirtiendo en una conducta habitual y el estado en que llegan los animales a las manos de las asociaciones protectoras y animalistas es cada vez peor", lamentan.
Uprocanes considera que "las autoridades no pueden permitir que este tipo de comportamiento quede impune y se trate a los animales como cosas. El caso de Vida es muy significativo ya que su dueño no ha tenido ningún reparo en cortarle un trozo de pata como si tal cosa. El sufrimiento y el dolor que ha conocido esta perra en sus apenas dos meses y medio de vida ha sido atroz y sin embargo Vida no siente rencor hacia los seres humanos, está intentando con las pocas fuerzas que le quedan en su cuerpo sobrevivir. Por supuesto Vida no tiene chip, es uno de los miles y miles de animales que viven en El Puerto de Santa María sin ningún tipo de control y que cuando ya no vale se abandona, se tira a un contenedor, al canal o a un pozo", denuncian, al tiempo que se preguntan "hasta cuándo vamos a estar viviendo situaciones como esta".
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