Artículo de Víctor Millán, tomado de Heraldo.es
Imagen de archivo de un mapache. / EFE |
Es un animal que puede caer simpático. Su pelaje, sus expresivos gestos, y su aparición como personaje en varias películas de Disney han convertido al mapache en uno de los animales más presentes en internet, donde protagoniza multitud de fotos graciosas y vídeos de Youtube. Sin embargo, su llegada al ecosistema español empieza a calificarse como un problema de biodiversidad grave, y cada vez está más cerca de Aragón.
Los guardas forestales de Navarra han encontrado en los últimos años varios ejemplares de este mamífero en el entorno del embalse del Ferial y las Bardenas Reales, muy cerca del límite aragonés, y en la Comunidad, el servicio de Biodiversidad de la DGA ha empezado a tomar medidas.
“Se han instalado algunas cámaras de fototrampeo y los Agentes de la Protección de la Naturaleza de las dos comunidades están trabajando en colaboración para detectar posibles ejemplares”, señala Joaquín Guerrero, Jefe de Sección de Biodiversidad del Servicio Provincial de Zaragoza.
El mapache, un animal autóctono de Norteamérica, comenzó a expandirse por Europa desde los años veinte del siglo pasado cuando algunos ejemplares se escaparon de empresas peleteras. Su llegada a España sin embargo es reciente. Data de 2003, cuando se empezaron a encontrar los primeros ejemplares en el Parque del Sureste de Madrid. En este caso, se intuye que el crecimiento de su población en esta zona (donde se han llegado a contar 450 ejemplares el año pasado) viene provocado por la suelta de mapaches que habían sido comprados como mascotas. De ahí se ha ido expandiendo hasta Valencia, el País Vasco, la Cordillera Cantábrica y Galicia, aunque siempre en poblaciones menores o ejemplares sueltos.
El peso de la especie que se ha encontrado en las cercanías de Aragón (el procyon lotor) puede llegar a alcanzar los 12 kilos, convirtiéndole en un animal muy peligroso para otra fauna autóctona como nutrias, zorros u otros mamíferos más pequeños. “Come de todo, desde maíz hasta carne. Y en edad adulta es muy agresivo, incluso con los humanos”, señala Guerrero.
Por el momento no se le ha visto en Aragón establecido en el medio natural, aunque sí que existen tres citas de animales que posiblemente se escaparon en Mara (Calatayud), y dos en el entorno de Zaragoza capital. Además, durante este año, en el que la DGA ha cerrado el registro de animales exóticos de compañía, se catalogaron dos mapaches en Huesca que se tenían como mascotas, aunque controlados, declarados y en buenas condiciones.
Un posible vector de enfermedades para el ser humano
Pese a que su venta y reproducción está ya prohibida desde hace unos años, su habilidad para adaptarse a multitud de hábitats y “su inteligencia” -señalan los expertos- lo hacen un animal difícil de controlar. Carlos Llanas, secretario del Colegio de Biólogos de Aragón, impartió hace unos meses una conferencia en el Acuario de Zaragoza sobre los potenciales peligros de la llegada del mapache.
“El ser humano ha contribuido a movilizar este animal por toda Europa por la implantación de fábricas peleteras. En Alemania tienen un problema grave desde hace años. Si se instala en España, predaría sobre bastantes animales también ligados al sector agrario, como gallinas, y comen también fruta”, cuenta, señalando también la gran agudeza y peligrosidad de este animal que muchos ven con una visión cariñosa.
“Es un animal muy listo, con unas manos muy ágiles capaces en algunos casos de manipular cerraduras. Pero lo más perjudicial de todo es que es un vector de enfermedades para otros animales y también para el ser humano. No es ninguna tontería”, señala.
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