Otro año más, los veterinarios van a celebrar el día de San Francisco de Asís, declarado según los Estatutos de la Organización Colegial Veterinaria Española (OCV) en su art. 1.6 patrón.
Artículo de Rafael A. Luna, tomado de Diario Córdoba
Todo un adelanto para un Estado aconfesional y laico, pero a todas las profesiones les encanta tener uno. Yo hubiera querido a Santa Jane Goodall o San Charles Darwin, pero la Iglesia no lo permite.
No voy a volver a contar quién fue Francisco de Asís y qué significa para los creyentes, ni que tratara a los animales como sus hermanos, lo que puede ser considerado pueril y blasfemo, además, su vida y obra está en la Wikipedia. Me interesa más el papel que deben ejercer esos profesionales a los que su código deontológico les hace garantes de la salud, la dignidad y el bienestar de los animales.
En esta Córdoba en la que vivimos, cuna de la Veterinaria andaluza de prestigio, a la que pertenezco en ambos sentidos, se siguen celebrando actos de crueldad con animales, como son las becerradas, concursos de novilleros en los que participan menores de edad que han sido enseñados en Escuelas de Tauromaquia cómo ha de lidiarse a un bóvido, lo que supone su sufrimiento, miedo y agonía al matarse apuntillado, simplemente por la mayor gloria del matador y para recoger, simbólicamente, una oreja, dos o hasta el rabo amputados del pobre animal.
Ahora, los colegios profesiones y la OCV se interesan porque la profesión veterinaria tenga los conocimientos para evitar el sufrimiento innecesario a los animales y nos conminan a realizar cursos sobre el conocimiento del bienestar animal; aparte de normativas que son de aplicación a los animales y que también han de conocer los propietarios, ganaderos, transportistas, matarifes y todo aquel que tenga una relación de uso con un animal.
Ningún colegio veterinario, por ahora, ha querido debatir o hacer un foro en el que los veterinarios taurinos y los antitaurinos lleguemos a un diálogo y a entender las razones y motivos que nos impulsan a unos y otros a tratar de forma tan diferente a un animal. Son peticiones que se vienen haciendo en el tiempo pero que quedan metidas en el cajón.
No sirve de mucho a la sociedad que quiere un mejor trato a los animales que los únicos profesionales con competencias en identificación, salud y bienestar animal lleven a los colegios sus aficiones particulares a la Tauromaquia, porque ni está escrito en los estatutos ni en el código deontológico.
El Día mundial de los animales, el día del patrón de los veterinarios, en algunos colegios profesionales celebran una capea o una suelta de vaquillas, haciendo trizas todo aquello por lo que hemos aprendido y luchado quienes tenemos la certeza de que los animales son nuestros hermanos y así debemos tratarlos.
* Veterinario, etólogo y simpatizante de EQUO
martes, 3 de octubre de 2017
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