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sábado, 17 de marzo de 2018

Un testigo describe cómo «chillaban» y «se revolvían» los animales sacrificados

Una trabajadora de la Protectora de Animales de Gipuzkoa ha asegurado el jueves que en las instalaciones de esta sociedad se sacrificaban animales sin anestesia previa.

Tomado de Diario Vasco.com

LUSA
Una trabajadora de la Protectora de Animales de Gipuzkoa ha asegurado el jueves que en las instalaciones de esta sociedad se sacrificaban animales sin anestesia previa por lo que algunos «se revolvían» cuando se les administraba directamente la inyección letal, «chillaban» y ella tenía que abandonar el lugar.

Esta empleada de «mantenimiento» de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas ha declarado en la segunda jornada del juicio que se sigue en San Sebastián contra dos veterinarios de esta asociación, acusados de maltrato animal y de muertes «masivas» de perros y gatos entre los años 2010 y 2013, en algunos casos sin «el sedante previo preceptivo», entre otras presuntas irregularidades.

Durante la sesión celebrada en el Juzgado de lo Penal número 3 de la capital donostiarra han declarado varias trabajadoras del centro, así como un voluntario y una antigua integrante de su Junta Directiva de la que, según ha dicho, dimitió después de que un miembro de este órgano no diera crédito a la denuncia de los malos tratos que, a su juicio, sufrían los animales y que le formuló en un correo electrónico.

Estos testigos han corroborado la existencia de «eutanasias» sin sedación previa de los animales, sacrificios de perros y gatos sin esperar a que se cumpliera el plazo legal para una eventual adopción, y malos tratos como falta de atención a ejemplares enfermos y heridos, además de permitir que algunos cachorros de pocos días murieran de frío en perreras situadas en el exterior, en vez de mantenerlos acogidos en la enfermería.

Han denunciado además que en los períodos vacacionales se acogían en las instalaciones a animales de particulares, a modo de guardería canina, a los que se hacía sitio mediante el sacrificio de perros callejeros o abandonados.

Uno de los testimonios más sobrecogedores lo ha ofrecido una mujer, empleada de mantenimiento de la protectora, que se ocupaba de los animales allí alojados y que, según ha dicho, fue testigo de sacrificios sin anestesia previa en los que algunos perros de gran tamaño tenían que ser sujetados por hasta tres personas porque «se revolvían».

Esta trabajadora ha explicado que al principio los veterinarios le decían que los animales «no sufrían», pero ella los oía «chillar» hasta el punto de que en ocasiones tenía que irse del lugar.

«Al principio confiaba totalmente -en los veterinarios- porque estaba en una protectora de animales y ni se me pasaba por la cabeza» otra cosa, ha dicho la testigo, quien ha recordado también que muchas crías de gatos fueron sacrificados mediante pinchazos directos en el corazón.

Por su parte, otra testigo, que trabaja como administrativa en la protectora, ha insistido en que los sacrificios se llevaban a cabo «sin adormecimiento previo» y ha indicado que, tras repasar las facturas de los productos anestésicos y letales adquiridos, constató una «falta de proporción» entre ellos, lo que, a su juicio, demostraría que no había una sedación anterior a la eutanasia.

La testigo ha señalado además que tuvo conocimiento por algunos compañeros de una eutanasia masiva de 40 perros que los veterinarios habrían realizado en un garaje de las instalaciones, al tiempo que ha sostenido que otros animales habrían muerto de frío por la supuesta negligencia de estos profesionales.

Un socio y voluntario de la protectora, policía de profesión, que se ocupó de gestionar algunas adopciones de animales, ha manifestado que en «decenas» de ocasiones presenció sacrificios de cachorros de gato clavándoles agujas directamente en el corazón hasta que se acertaba con el órgano y se le administraba el producto eutanásico.

Este hombre ha denunciado también la falta de atención durante días a una perra que había sufrido «un corte importante», así como a un perro que había recibido una "mordida" y que no fue curado hasta días más tarde.

Ha asegurado además que todas las camadas de perras recién paridas eran sacrificadas «automáticamente», si posibilidad de adopción. "Allí, ningún animal recién nacido sobrevivía", ha descrito. El juicio continuará con la declaración nuevos testigos.

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