Artículo de Alejandra Sánchez Mateos, tomado de La Vanguardia.com
Mapaches (TheCrimsonMonkey / Getty Images/iStockphoto) |
1. De dónde viene tu nueva mascota
Muchos animales salvajes son capturados del medio ambiente para formar parte del tráfico ilegal de especies, que ocupa el tercer puesto en volumen de negocio del crimen organizado que más dinero genera a nivel mundial. A pesar de que España ya cuenta con el primer plan de acción contra el tráfico ilegal y el furtivismo internacional de especies animales y vegetales, aprobado el pasado mes de febrero por el Consejo de Ministros.
“Si adquirimos un animal salvaje o exótico podemos estar favoreciendo ese negocio ilícito, la caza furtiva y por tanto, la extinción de numerosas especies”, asegura la experta. “Para conseguir una cría de chimpancé, antes tienen que matar a su madre. Debemos ser conscientes de que estos caprichos salen caros y de que el lugar de ese animal es su hábitat natural junto a su madre”.
En el caso de adquirir un animal exótico siempre debe ir acompañado de un documento internacional, donde se garantice que no ha sido capturado en su hábitat natural, sino que ha sido criado en cautividad para este fin.
2. Pensar ante todo en su bienestar
Pensar antes en si puedes ofrecerle un entorno adecuado con todo lo que necesita. Cuando adquieres o adoptas una mascota se supone que lo haces para darle cariño y una vida con las mejores condiciones posibles, por ello, deberás tener en cuenta cómo es su medio y en qué condiciones necesita vivir (espacio, clima, actividad…).
“Hay que ser responsable. Si ya hay que tener mil cuidados con un perro o un gato, –acostumbrados al contacto humano– con una cacatúa o un guacamayo debes intentar que su entorno sea el más parecido al original”, sentencia Pifarré. Deberás plantearte si realmente estás dispuesto a asumir esa responsabilidad u otras cuestiones como el espacio con el que cuentas, las horas de dedicación que va a exigir su manutención o las labores de limpieza extra que conlleva.
3. Nunca lo abandones
Nunca lo abandones en el campo, el parque de abajo de tu casa o el primer lugar que encuentres. No debemos dejarnos guiar por ‘modas’ y luego cuando te hayas aburrido, cansado o no puedas seguir manteniéndolo, abandonarlos en el primer lugar que encuentres, primero porque son seres vivos y segundo porque puedes provocar un impacto medioambiental irreversible.
Como en el caso de la cotorra argentina –especie exótica invasora que, según censó la plataforma SEO/Birdlife, contaba en 2015 con aproximadamente 20.000 ejemplares de esta especie en toda España, de los que casi 6.000 viven en Cataluña–o el del caracol manzana, que afecta al ecosistema y a la agricultura del Delta del Ebro.
4. No metas un animal salvaje en casa
La experta no recomienda tener mapaches –ahora de moda en redes sociales– por muy ‘adorables’ que nos parezcan, pues transmiten enfermedades como la rabia –en España erradicada, pero no en lugares como el continente americano–, así como otros animales salvajes. “Por mucho que tengamos un animal salvaje ‘domesticado’, su instinto puede aflorar en cualquier momento, ya que no han pasado por siglos de adaptación como perros y gatos”, concluye la veterinaria.
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