Artículo de Tatiana G. Rivas, tomado de ABC.es
Penas más duras para quien maltrate a un animal; imposibilidad de adoptar de nuevo en caso de abandono; esterilizaciones a los animales siempre que un adoptante lo saque de un centro de acogida o perrera, a cargo del nuevo dueño; prohibición de exponer perros y gatos en tiendas para evitar la compra compulsiva e irresponsable; que determinadas mascotas que están en el limbo legal como conejos y cerdos vietnamitas tengan cartilla de vacunación y estén chipados; que haya un registro estatal de microchips -actualmente es por comunidades autónomas- para que el Seprona tenga acceso al mismo en caso de extravío, más dotaciones económicas para las perreras,... Las reivindicaciones de la Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid (Fapam) son extensas y todas van encaminadas a un objetivo: el sacrificio cero. Saben que esta promesa política, tanto en el gobierno regional como en el municipal, es imposible si no se endurece la nueva Ley de Protección Animal que Cristina Cifuentes está elaborando y que en estos momentos está en fase de presentación de enmiendas. Fapam ha presentado varias incorporaciones a través del PSOE y Podemos.
«Estamos tratando de mejorar el documento del PP, que tiene avances, pero son altamente insuficientes. Se trata de una adaptación de la Ley de 1991. Para conseguir el sacrificio real se necesitan más medidas», apostilla Sergio García, portavoz de la Fapam.
Los más desprotegidos, los perros
García apunta a que desde 2006 ha aumentado un 20% el número de animales recogidos. «Esto significa que hay más medios y recursos para poder hacer ese tipo de intervenciones. La cifra de abandonos se mantiene estable porque no se ha hecho ningún tipo de política», considera. Lo que más se abandonan son perros. El dato de las adopciones también ha crecido: un 54%. En 2014 se abrieron 681 procemientos judiciales por casos de maltrato animal.
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