Artículo de Marta Hernández, tomado de Deia.eus
El jefe de la Policía Local de Leioa, Ricardo Egiguren. (Oskar M.Bernal) |
La sentencia puede ser recurrida, pero de momento, el magistrado sanciona a I. J. U. con penas de cárcel tras un procedimiento judicial de dos años y por unos hechos que ocurrieron en junio de 2017. Fue concretamente el día 1 cuando la Policía Local de Leioa recibía el aviso de que un perro adulto de la raza Border Collie vagaba solo desde hacía cinco días y con claros síntomas de desnutrición por una zona rural de la localidad. Agentes municipales encontraron al animal, que no disponía de chip de identificación, por lo que avisaron a la protectora con la que Ayuntamiento tiene convenio para que lo trasladara a sus dependencias. La Policía abrió entonces una investigación, localizó al propietario del Border Collie y acudió a su domicilio para aclarar lo sucedido y tomar las medidas sancionadoras oportunas. Sin embargo, los agentes solo se toparon con un familiar del dueño y cuatro perros en el interior de una jaula “en condiciones higiénico-sanitarias claramente deficientes”, como apuntaron ayer desde el equipo de gobierno leioaztarra. Cuando regresaron de nuevo para hablar con el propietario, los policías se percataron de la ausencia tanto de la jaula como de los animales, algo que I. J. U. justificó diciendo que el ruido de unos petardos les había hecho escapar.
La Policía Local no dio credibilidad a esta versión y continuó con las indagaciones, hasta que halló a los perros abandonados en una campa de Getxo, en un terreno de difícil acceso, de gran extensión y fuera del núcleo poblacional, “características que indicaban que el lugar había sido escogido con una clara intencionalidad de no poder localizar a los animales”, trasladaron desde el Consistorio. Fue una pareja quien los localizó y acercó a la comisaría de Getxo, desde donde avisaron a la protectora para que se hiciera cargo de los perros porque no presentaban un buen estado salud. De hecho, un cachorro falleció. Afortunadamente, los otros dos fueron adoptados tiempo después.
Durante este proceso, el cuerpo de vigilancia y seguridad de Leioa se puso en contacto tanto con la protectora, como con testigos y la Policía Local de Getxo para seguir analizando lo ocurrido. Finalmente, I. J. U. fue declarado como investigado por un presunto delito de abandono y maltrato animal, gracias a la colaboración de todas las partes, si bien el ahora condenado en todo momento rechazaba que los animales fueran suyos.
Sanciones
El Código Penal contempla, en su artículo 337 y bis, distintos castigos por abandono, actuación en espectáculos ilegales y maltrato a animales. No obstante, hasta la reforma penal que entró en vigor en el año 2004, el derecho penal se había mantenido prácticamente al margen de su protección. Aparte, Leioa, por ejemplo, cuenta con un reglamento -Ordenanza Reguladora de la Tenencia y Protección de Animales- que también considera falta grave “el maltrato o agresión a los animales causándoles sufrimiento innecesario, lesiones o mutilaciones”, lo que lleva aparejado sanciones que van de los 300,52 euros a los 1.502,53 euros. El pasado mes de febrero, el propio Consistorio se vio obligado a recordar esta normativa públicamente porque una gata callejera, recogida por la Casa del Perro, tenía un perdigón en una de las patas, lo que le provocó, aparte de una importante cojera, una fuerte infección y la necesidad de someterla al tratamiento correspondiente.
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