Tomado de El Nuevo Día
Foto: COLPRENSA - EL NUEVO DÍA |
Es el triste destino de unas mascotas que pagan con el olvido y el desdén el maltrato que reciben de parte de amos irresponsables, que incluso al abandonarlos incurren en un delito y pueden recibir sanciones de acuerdo con la Ley 1774, que penaliza el maltrato animal, recuerda la Secretaría de Seguridad de Medellín.
“A estos animales no los llamamos potencialmente peligrosos sino ‘poderosos’, porque peligroso puede ser un criollo que muerda a una persona o a otros perros”, recalca Mauricio Gutiérrez, director de La Perla, donde acogen los animales en riesgo o maltratados para luego darlos en adopción.
El problema es que los Pitbull y Bull terrier llegan allí tras haber sido abandonados o incautados por la Policía Ambiental por haberse visto involucrados en incidentes. Y la mayoría de veces no se pueden dar en adopción porque nadie quiere hacerse responsable de su manejo.
Marcela Díaz, directora de la Fundación Orca (que auxilia a mascotas en peligro o maltratadas), expresa que estas razas se pueden quedar hasta dos años sin adoptante.“La gente no desea adoptarlas, pues las considera realmente peligrosas y pocos se miden a manejarlas”, afirma.
La encrucijada
En La Perla hay 75 animales de estas razas, totalmente aislados de las otras razas y algunos incluso ocupando celdas individuales debido a su comportamiento agresivo, el cual parte de malos hábitos de crianza de sus amos, que los entrenan para atacar a otros perros y a personas.
Susana Lopreto, médica veterinaria y etóloga de La Perla, explica que los animales que llegan por incautación quedan en evaluación por signos rábicos y tras diez días de evaluación se lleva el informe a la inspección ambiental, que decide su destino.
“El comportamiento de los perros es 50 % genética y 50 % ambiental. Hay Pitbull criados como niños y son muy dóciles”, explica.
Johanna Villegas, una joven de Medellín, aprendió a amar estas razas con Venus (Bull terrier) y Orión (Pitbull), dos mascotas que tiene desde cachorras y no han protagonizado incidentes con personas.
“Venus una vez se peleó con un gato pero salió toda rasguñada fue ella”, narra Johanna. Dice que siempre acoge las recomendaciones para estas razas, que son sencillas.
“Que siempre anden con bozal, cadena y traílla e ir con adultos responsables”, recuerda Mauricio Gutiérrez.
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