Artículo de Aníbal Arévalo Rosero, tomado de HSB Noticias
Condenado a una muerte segura, este animal difícilmente podrá deshacerse de los restos de basura que lleva enredados al cuello. |
Una tortuga marina confunde una bolsa plástica que flota en el mar con algunos organismos que forman parte su cadena alimenticia, como las medusas. La tortuga se convierte en una víctima más de los muchos organismos marinos que mueren por la contaminación de su hábitat.
En todos los mares del mundo vagan errantes, al vaivén de las corrientes, toneladas y toneladas de residuos fabricados con derivados del petróleo como polietilenos, poliestirenos (icopor) y PET (polietileno tereftalato), con el que se fabrican los envases de los refrescos. Estos, además de enrarecer el ambiente, se convierten en alimento de muchas especies marinas. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), el 37 por ciento del consumo de los peces se basa en bolsas plásticas. Y de alguna manera, residuos de contaminantes llegan a nuestro organismo al consumir comida de mar; en un ciclo biológico, donde todo lo que arrojamos vuelve en forma de alimento.
Se estima que un millón de aves y 100 mil animales marinos como pingüinos, ballenas, tortugas, marsopas, delfines focas y peces mueren anualmente por la ingesta de bolsas plásticas que de manera indiscriminada arrojamos en campos y ciudades, cuyo destino final son los océanos y los rellenos sanitarios.
Muestra del daño que pueden hacer las bolsas a los distintos animales. |
Una persona usa en promedio 6 bolsas semanales, 24 mensuales, 288 al año, 22.176 en una vida media, que nos ahorraríamos si buscáramos alternativas como las bolsas de tela, los costalillos de fibra, la canasta de mimbre, la canastilla de ruedas, entre otras alternativas con lo que bajaríamos ostensiblemente ese anti record.
El promedio de vida útil de una bolsa plástica es de 25 minutos, pero tarda cinco siglos en degradarse, mientras tanto causan un grave problema ambiental. Pero también son responsables de las inundaciones que se presentan en las ciudades, puesto que tapan las alcantarillas y los sumideros.
Es necesario un cambio de actitud. El gobierno de nuestro país (Colombia) ya ha dado un paso adelante con los cambios fundamentales para las bolsas que se usan en las grandes superficies y tiendas de cadena: circularán sólo las de tamaños superiores a 30 x 30 centímetros, con un calibre que permita soportar una carga considerable y puedan ser reutilizadas, deben llevar un mensaje educativo y el compromiso de ofrecer alternativas en otros materiales.
Tortuga marina atrapada en una red de pesca abandonada. |
En la producción de bolsas plásticas se emplea como materia prima el petróleo, pero se producen algunas sustancias altamente contaminantes como el óxido de azufre, hidrocarburos, monóxido de carbono y bióxido de carbono, elementos que al acumularse en la estratosfera producen el calentamiento global, con graves consecuencias para la vida en el planeta.
No es justo que cuando uno va a la droguería a comprar una pastilla se la entreguen en bolsa, cuando a los 3 minutos de recibida se la está desechando, o en el supermercado que al comprar un pequeño producto como una chocolatina se la entreguen en bolsa plástica. No se puede erradicar por completo la costumbre porque algunos comerciantes se verían afectados, pero un producto que ya viene en plástico envolverlo en otro plástico, es irracional. Igual sucede cuando compramos el refresco en botella plástica, envolver en otro plástico no tiene presentación.
Ahora bien, es importante que el comerciante le pregunte al cliente si requiere de la bolsa plástica, y el cliente hacer uso de su autonomía y decir: “no necesito de bolsa plástica”. En ciudades como Medellín le preguntan al usuario si quiere que sus productos se los empaque en bolsa de plástico, si es así le cobran 100 pesos adicionales, dependiendo del tamaño.
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