Artículo de Danilo Chiapello; tomado de El Litoral.com
Barrio Candioti sigue sin paz. La tarde del viernes, un grupo de personas volvió a manifestarse frente al domicilio de Mitre al 4900 (entre Quintana y pasaje Calcena).
Cerca de medio centenar de personas (entre vecinos y proteccionistas) llegaron hasta el citado lugar ante nuevas denuncias por malos tratos y torturas a animales.
En rigor, la movida comenzó horas antes por redes sociales y whatsapp cuando se tomó conocimiento que los moradores del inmueble (una pareja de unos 60 años) habían ingresado nuevos animales (este miércoles habían sido rescatados cinco perros y un gato). Tras ello, otra vez los gritos, los golpes y los aullidos.
En plena movilización, en un momento dado los ocupantes de la casa salieron a bordo de una moto, ante los propios policías que habían llegado a la zona.
Fue entonces cuando algunas personas irrumpieron en la finca y rescataron otras mascotas, entre ellas, un conejo.
Participantes de la movida se mostraron disconformes con la actitud de las autoridades, de quienes dijeron que “no toman conciencia de la gravedad de esta situación. En todo momento tratan de minimizar este asunto”.
Lo real y concreto es que este conflicto ha desatado un verdadero problema en barrio Candioti, que merece la adecuada intervención de las autoridades.
Pero lejos de solucionarse, el problema siguió creciendo. Ante nuevas denuncias, el miércoles el fiscal Sebastián Sfeizer autorizó una requisa domiciliaria. Se rescataron cinco perros y un gato.
Las versiones que circulan sobre lo que pasa en el interior de esa vivienda son aterradoras.
Por un lado los vecinos aseguran que sobre todo en horario nocturno se escuchan golpes y también aullidos de animales. También denuncian desapariciones de mascotas del barrio. Por último, sospechan sobre algunas prácticas macabras con animales, propias de un culto religioso.
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