Cádiz Animal reúne casos de perros que han ingerido salchichas con alfileres

La plataforma ha tenido constancia de varios incidentes en el casco antiguo a lo largo de este año.

Artículo de Pilar Vera, tomado de Diario de Cádiz.es

Radiografía de un galgo en la que se aprecian los objetos punzantes. / D.C.

El de el miércoles fue el caso de un galgo, Flaco, que llegó a la clínica veterinaria Nueva Tavira con ocho alfileres entre intestino y estómago. Más allá del modo -esconder objetos punzantes en salchichas y dejarlas en la calle para que los animales las coman es una táctica muy recurrente-, el caso de Flaco no es un caso aislado. O eso, al menos, denuncia la plataforma Cádiz Animal, que dio a conocer el incidente: según la asociación, este se suma a varios casos más de los que el grupo ha ido teniendo noticias a lo largo del año. "En abril -comenta su presidente, Ismael Gómez-, contactó con nosotros una chica porque su perra también había comido varias salchichas con clavos, muriendo a consecuencia. A principios de verano, se dieron otros casos por la zona del Pópulo y la Catedral. Y ahora parece que es por el barrio de la Viña, según nos han dicho, por la zona frente a Valcárcel".

Un método de "venganza" que Ismael Gómez considera "increíblemente cruel": "Si hay suerte y se lo clavan en la boca, te das cuenta pero, si no, son clavos muy finos o alfileres. Pueden ser asintomáticos a nuestros ojos pero van rajando las paredes intestinales del animal y crean una úlcera o una pequeña hemorragia que deriva en su muerte".

El responsable de Cádiz Animal invita a la colaboración ciudadana para dar testimonio de más casos, ya que intuye que va a ser "muy complicado dar con la persona o personas que han hecho esto. Mañana (por hoy, jueves), vamos a poner carteles por toda la Viña avisando a la gente de que tenga cuidado y estén vigilantes cuando sacan a sus perros. Luego, evidentemente, vamos a personarnos como denuncia colectiva. No olvidemos que se trata de un delito", indica.

Para Ismael Gómez, más que atribuirla a "chiquilladas", esta táctica es propia de gente que "ha desarrollado una fobia a los perros en general, o a la que le molesta su presencia en la ciudad y, de repente, un día se les va la cabeza y hacen algo así". Por eso, continúa, una forma de enfocarlo es desde el civismo: "Preocuparse por limpiar la calle cuando salimos con nuestros perros y demostrar que convivir con ellos no tiene por qué importunar al resto de la población".

Cádiz Animal se constituyó como asociación en noviembre del año pasado, aunque como grupo de amantes de los animales lleva reuniéndose desde hace cuatro o cinco años. Especialmente concienciada con la problemática de los galgos, la iniciativa realiza el primer domingo de febrero un recorrido por el Día Mundial del Galgo (en gran parte, símbolo del maltrato animal), efemérides que se celebra en la jornada de que marca el fin de la caza y de la vida de muchos de estos animales. El año pasado, en colaboración con la plataforma No a la Caza, reunieron en su paseo por el casco antiguo de Cádiz a cerca de 450 personas.