El cordero asado es un plato ineludible de las fiestas de Pascua en Italia, como el pavo en Navidad o la pizza en Nápoles. Y, sin embargo, a pesar de una tradición dos veces milenaria, la costumbre pierde peso.
Artículo de Angus Mackinnon (AFP), tomado de El Nuevo Herald.com
ROMA.- El número de corderos sacrificados se redujo a la mitad en menos de cinco años, pasando de 4.6 millones en el 2010 a poco más de dos millones el año pasado, según el instituto italiano de estadísticas, Istat.
Los defensores de los animales afirman que esta tendencia, que se aceleró en los dos últimos años, es una reacción del público ante una práctica considerada como salvaje: el hecho de separar a la madre de sus corderos recién nacidos para enviarlos al matadero.
Pino y Massimiliano Marabitti, carniceros en Roma, se indignan. “Los defensores de los derechos de los animales son peores que los fundamentalistas musulmanes”, dice el segundo, en su puesto del mercado del barrio de Trieste.
“¿Qué diferencia hay entre matar a un animal de seis semanas, seis meses o seis años?”, se pregunta.
Los dos hermanos confirman que bajaron sus ventas de cordero, pero tienen otra explicación: la crisis económica.
“Es una carne cara, especialmente la italiana”, afirma Massimiliano, mientras prepara el pedido de una clienta dispuesta a pagar 20 euros el kilo ($9.70 la libra) de cordero romano, dos veces el precio del importado.
“Lo que vemos cada vez más, es carne importada de Europa del Este, donde las reglas de control y de higiene no son las mismas que aquí”, explica Massimiliano. “La gente ya no tiene dinero, así que va al supermercado y compra ese tipo de carne”, de menor calidad, asegura.
Silvia Fassetta no está de acuerdo. Esta cofundadora de “The Green Place”, un refugio para los animales cerca de Nepi, al norte de Roma, acoge a dos corderos que se libraron del matadero, Elvis Y Lina, estrellas de una campaña para promover la protección de estos animales.
La pareja recibió el apoyo de varios actores, quienes suplicaron a los italianos que los salvaran del cuchillo del carnicero. “Hagan un sacrificio por Pascua: no me maten”, se podía leer en los carteles de la campaña, que difundieron los medios de comunicación.
Fassetta está convencida del peso de los defensores de los animales en un país que cuenta con casi cinco millones de vegetarianos y consumidores cada vez más preocupados por lo que hay en sus platos.
“La mayor parte de la caída del consumo se produjo en los dos últimos años. El otro día, una de las principales cadenas de supermercados ofrecía un descuento del 50% en la carne de cordero. Si lo hace justo antes de Pascua, es que se empieza a escuchar nuestro mensaje”, explica.
La historia del cordero pascual es tan rica como tierna es su carne.
El Evangelio de San Juan describe a Cristo como “el cordero de Dios”, una referencia que se suele interpretar como una alusión a la tradición judía.
Cada año, los judíos sacrificaban un cordero para conmemorar su huida de Egipto, en memoria de la sangre de cordero que pusieron en las puertas de sus hogares en ese país para que sus niños se libraran de la cólera de Dios.
El sacrificio fue pasando de moda, pero el consumo de cordero sigue siendo importante en algunas comunidades judías, especialmente en Roma, donde reside, desde el siglo II, una de las más antiguas de Europa.
Su presencia influenció la gastronomía romana, sobre todo en Pascua.
Sin embargo, en los textos cristianos, nada obliga a los fieles a comer cordero en Pascua, y los defensores de los animales piden con frecuencia al papa que aclare esta cuestión. El pontífice se limitó, de momento, a recomendar que se trate bien a los animales.
domingo, 5 de abril de 2015
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