Tomado de Hoy.es
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El Juzgado de lo Penal Número 1 de esta localidad pacense juzga a P.V.J, a quien la Guardia Civil intervino, en noviembre de 2015, 55 perros enjaulados, que se encontraban hacinados en pequeñas jaulas y en condiciones higiénico-sanitarias precarias.
Durante el registro que los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA) realizaron a las instalaciones que se realizó tras las denuncias presentadas por Partido Animalista contra el Maltrato Animal (PACMA), el dueño del criadero reconoció que él mismo realizada intervenciones quirúrgicas a los perros. Así lo ha corroborado uno de los agentes que realizó el registro durante la segunda jornada del juicio que se celebra contra el dueño de este criadero ilegal.
Durante su declaración, el agente ha testificado que el acusado reconoció durante el registro «con toda naturalidad» que «les practicaba cesáreas, asistía los partos, les cortaba las cuerdas vocales para no molestar a los vecinos y les cortaba el rabo al nacer, por estética», a los animales.
Así, en las diligencias abiertas por la Guardia Civil, aparece el hallazgo de instrumental para coser, hasta 200 jeringuillas, más de 90 microchips y medicamentos como primperán y oxitocina, además de antibióticos sujetos a prescripción médica.
En cuanto al estado de los animales en el recinto, el agente ha relatado que las instalaciones no reunían las condiciones higiénico-sanitarias para acoger a los perros. En el acta del registro, ha recordado, queda constancia de la inexistencia de ventilación, así como de múltiples animales que se encontraban en la misma jaula. A su juicio, «no hay que ser veterinario ni miembro del SEPRONA para saber que el lugar no era el idóneo para los animales».
Por todo ello, ha constatado durante su intervención que «todo apuntaba a que se realizaba la cría ilegal y comercialización» de los animales, en un lugar del que P.J.V. declaró, según la Guardia Civil «no había pedido la documentación porque no era el adecuado».
Además, en el registro encontraron varios certificados de vacunación «que no corresponden con los oficiales». Así, el SEPRONA, debido a las pruebas encontradas, reitera los delitos de falsedad documental, estafa y maltrato animal e intrusismo profesional.
Durante la jornada de este jueves han sido llamados a declarar los veterinarios que realizaron el peritaje de las instalaciones y los animales y que a día de hoy continúan asistiendo a los perros encontrados en el criadero ilegal.
Declaran los veterinarios
Los veterinarios han coincidido en el «pésimo» estado de salud en el que se encontraban los perros rescatados. Durante su declaración en el Juzgado de lo Penal número 1 de la localidad, el veterinario Carlos Lemus, que examinó por primera vez a los perros tras el rescate, ha confirmado la amputación de las cuerdas vocales en los mismos, que además sufrían atrofia muscular, conjuntivitis e incluso a algunos les faltaban los ojos.En cuanto a las prácticas quirúrgicas realizadas a los animales por el propio acusado, según declaró él mismo ante la Guardia Civil, Lemus ha citado que las suturas se realizaron con hilo de seda, «un material que no se usa en veterinaria porque no es reabsorbible» por lo que confirma que no lo llevó a cabo un profesional.
Por su parte, el veterinario Pedro Chimeno, que valoró a los animales un año después de su rescate, cuando ya se encontraban familias de acogida, ha destacado el «auténtico pavor» que sufren los cuarenta perros que ha atendido.
Ha insistido en el miedo que manifiestan los animales que sufren secuelas «que van a tener toda la vida» puesto que algunos de ellos sufren trastornos de locomoción producidos por las deplorables condiciones en las que vivían durante su desarrollo inicial.
Desde enero de 2017, cuando los perros fueron examinados, aún manifiestan infección en los oídos, deformidades en la columna vertebral y problemas respiratorios causados por la amputación de las cuerdas vocales, una práctica para la que, ha destacado, «no hay ninguna técnica con interés clínico descrita para realizarla».
Durante la primera sesión del juicio, el acusado, P.J.V. declaró no ser consciente de estar practicando «maltrato animal» a los animales encontrados por la Guardia Civil.
Igualmente, el imputado se declaró además un «gran amante» de los animales y explicó que los animales estaban «cuidados» y los conservaba en sus instalaciones hasta que no le servían para procrear.
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