Artículo de Enrique G. Souto, tomado de La Voz de Galicia.es
Imagen ilustrativa de un pitbull encadenado. Tomada de Tandil Diario.com |
El ahora condenado, sin antecedentes penales, tenía el perro en un solar de la calle Illas Canarias, en la capital lucense. El terreno es propiedad de un familiar. El perro no estaba identificado mediante microchip ni registrado, además de carecer el propietario, según el relato del ministerio público, de licencia y de seguro de responsabilidad civil, obligatorio al tratarse de un ejemplar de una raza potencialmente peligrosa.
Una vecina avisó el 26 de enero de 2017 al Seprona. Los agentes comprobaron, según la fiscalía, que el perro estaba en dicha finca, cerrada con un muro de bloque de hormigón, de unos dos metros de alto. Estaba atado con una cadena y rodeado de desperdicios, plásticos y heces del propio animal.
El 2 de marzo, avisados por otra vecina, acudieron al lugar agentes de la Policía Local. Comprobaron, se dice en el escrito de acusación, que había basura y excrementos esparcidos por el solar. El perro estaba atado con una cadena de unos cuatro metros de largo, fijada en el medio del solar, sin recipientes para la comida y la bebida.
Este caso pone de relieve un problema que, al menos hasta no hace muchos años, apenas tenía tal consideración. En muchas casas del entorno rural de Lugo había perros sujetos con cadenas, que pasaban el día en una pequeña superficie de terreno rodeados de sus propios excrementos. Otra cosa es la alimentación, que, en la mayoría de los casos, se producía con regularidad y en no pocos casos con abundancia. En las inmediaciones de la Muralla hubo durante años un perro preso en un terreno, en condiciones más que discutibles.
Revisión in situ por una veterinaria de la Protectora y traslado al hospital Rof Codina
Avisada la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, el 4 de marzo de 2017 acudió al solar en el que estaba el perro la veterinaria de esta entidad. Comprobó que el can no tenía ni comida ni agua, que presentaba síntomas de deshidratación y una herida sin tratar en una pata.
El perro fue trasladado al hospital veterinario Rof Codina el 5 de marzo. Allí le diagnosticaron otitis, dermatitis con diagnóstico diferencial de alergia alimentaria, atopia, parasitosis externa, atrofia progresiva de retina (se prevé ceguera total en un año), artrosis grave, gastroenteritis no filiada y nódulo cutáneo.
El propietario cedió el perro a la Sociedad Protectora de Animales.
Rebaja
Inicialmente, la fiscala solicitaba nueve meses de prisión y dos años de inhabilitación para oficio que tenga relación con animales y para su tenencia.
Hay que recordar que los perros han sido protagonistas en los últimos meses de varias noticias judiciales. En un caso, a raíz de que uno de estos animales cayese desde la ventana de un edificio de la calle Camiño Real.
La jueza lucense que lleva este caso, Pilar de Lara, retiró la custodia de la perra accidentada, y de otra, a sus dueños y dictó una orden de alejamiento e incomunicación. Esta última decisión fue cuestionada por la fiscalía lucense, por entender que dicho recurso legal está pensando para otros fines.
Los propietarios todavía seguían sin sus perras hace pocos días; tampoco están autorizados para tener otros perros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario