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domingo, 8 de abril de 2018

Convivía con 33 perros en una casa en Orense

El Seprona la denunció ante Medio Ambiente al estar los animales en deficientes condiciones sanitarias.

Tomado de La Región.es

La puerta del patio en que se encuentran los perros, en la localidad de Eiradela.
Una vecina de Eiradela (Nogueria de Ramuín), Teresa L., de 45 años, convivía en la vivienda en que residen sus padres con 33 perros de diferentes razas, a los que fue acogiendo en los últimos años a medida que iban llegando al pueblo, tras quedar abandonados, o cuando los encontraba en cualquier lugar del municipio.

Agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil la denunciaron ante la Consellería de Medio Ambiente por habilitar una perrera ilegal –no tiene ningún tipo de documentación referente a los animales e instalaciones–, en la que los 33 perros estaban en malas condiciones higiénico sanitarias. Según dio a conocer el Instituto Armado, los animales están repartidos en dos habitáculos, que están encharcados de agua, carentes de comedores y bebederos. Tampoco pasaron los correspondientes controles sanitarios, dado que no tienen microchips y cartillas sanitaria. Eso sí, los perros, al parecer, no pasaban hambre, ni tampoco eran maltratados. La mujer, según pudo saber este periódico, sufre el síndrome de Noé, un trastorno por acumulación de animales.

Los agentes alertaron a Medio Ambiente amparándose en la legislación de protección y bienestar animal.

El alcalde, José César Parente, aseguraba ayer que en el Concello no había hasta ahora constancia de esos animales en el pueblo –no hubo quejas vecinales–. Nada más ser alertado por el Seprona inició gestiones con una perrera oficial (la entidad local tiene un convenio a este respecto) para que se hicieran cargo de los perros, siempre que la denunciada lo autorice. De no ser así, tendrá que tomar otras medidas más duras. "Lo que está claro es que los perros en esas condiciones son un peligro sanitario incluso para la misma familia", apuntó el regidor.

Los perros aún continuaban ayer en la vivienda de Eiradela, situada en el centro del pueblo. Buena parte del vecindario aseguraba desconocer su presencia, pese a los continuos ladridos desde un patio.

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