Tomado de Público.es
Wikimedia Commons / Pierre Fidenci |
Las doctoras Katie Slocombe y Anne Schel, del Departamento de Psicología de York, que realizaron el proyecto en Uganda, examinaron el grado de intencionalidad de los chimpancés salvajes en sus llamadas de alarma. Muchos científicos consideran que las vocalizaciones de los primates no humanos son una simple lectura de las emociones y argumentan que no se producen intencionadamente, en contraste con el lenguaje humano y las grandes señales gestuales de los simios, lo que ha llevado a algunos científicos a sugerir que el lenguaje humano evolucionó a partir de un sistema de comunicación gestual primitivo, en lugar de un sistema de comunicación vocal.
Este estudio cuestiona este punto de vista y demuestra que los chimpancés no hacen simplemente una llamada de alarma al tener miedo de un depredador, sino que parecen producir cierta llamada de alarma intencionalmente de una manera dirigida tácticamente y con una meta.
En Uganda, los auotres del estudio pusieron a los chimpancés salvajes frente a un modelo de serpiente en movimiento y controlaron sus respuestas vocales y de comportamiento, descubriendo que eran más propensos a producir las llamadas de alarma cuando los amigos íntimos se acercaban. Entonces, analizaron y supervisaron a los miembros del grupo, tanto antes como durante la producción de las llamadas, y críticamente, siguieron lanzando las alertas hasta que todos los miembros del grupo estaban a salvo de los depredadores. En conjunto, estos comportamientos indican que realizan las llamadas intencionalmente para advertir a los demás del peligro.
"Estos comportamientos indican que estas llamadas de alarma se produjeron intencionadamente para advertir a otros de la existencia de peligro y, por lo tanto, el estudio muestra una similitud fundamental en los mecanismos implicados en la producción de vocalizaciones del chimpancé y el lenguaje humano", relató Slocombe. En este sentido, insistió en que los hallazgos demuestran que algunas vocalizaciones de nuestros parientes vivos más cercanos se califican como señales intencionales, "de un modo directamente comparable con muchos gestos de los grandes simios, lo que indica que el lenguaje puede tener su origen en un sistema de comunicación vocal y gestual multimodal".
Según Schel, observar cómo los chimpancés reaccionan al modelo de serpiente era intrigante y fue particularmente sorprendente cuando nuevos individuos, que no habían visto la serpiente, llegaron a la zona. "Si un chimpancé que había visto la serpiente tenía una estrecha amistad con el individuo que llegaba, lanzaba llamadas de alarma, advirtiendo a su amigo del peligro", resaltó.
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