Ningún perro queda ya en el albergue canino de Candelaria. La asociación Addanca se los ha llevado todos en apenas cuatro días, tras la polémica surgida la pasada semana cuando el Ayuntamiento acudió a la perrera, auxiliado por la Policía Local y la Guardia Civil, para acceder a su interior y gestionarla, una vez que la citada protectora de animales rechazó renovar el convenio, vencido desde diciembre.
Así las cosas, el Ayuntamiento tomó ayer posesión de nuevo de estas instalaciones, con la sorpresa de que habían quedado desmanteladas e inservibles, con los tabiques en el suelo, sin las planchas de las cubiertas y los baños rotos. Eso es lo que se encontraron en la mañana de ayer el concejal de Sanidad, Javier Rivero, y técnicos de la Concejalía de Obras y Servicios, así como agentes municipales.
Rivero lamentó este panorama y apuntó en un comunicado que “los técnicos realizarán un informe de cómo han quedado las instalaciones con el objeto de llevar a cabo las acciones correspondientes”. Ahora, “el Consistorio construirá unas pequeñas dependencias que sirvan para recoger de momento a los animales antes de su traslado a la protectora en la que quedarán albergados definitivamente, por lo que el servicio de albergue canino municipal lo seguirá prestando el Ayuntamiento”, subrayó el edil de Sanidad.
Addanca niega que se hayan hecho adrede
Lo cierto es que la presidenta de la asociación Addanca, Teresa González, se mostraba ayer tranquila, y negó que se tratara de unos destrozos hechos adrede. “Simplemente nos hemos llevado lo que es nuestro, tubos, llaves de paso, instalación eléctrica, planchas de uralita…, porque el Ayuntamiento nos cedió un solar que sólo tenía basura y muros, y nosotros hicimos todas las obras con mucho sacrificio y gracias a nuestros socios y las donaciones;”, manifestó la responsable de la ONG que desde 2002 gestionaba la perrera municipal.
González explicó que ayer ya se había llevado los 65 perros que cuidaba en el albergue, 9 se han entregado en adopción, 10 en casas de acogida, y el resto se han trasladado a sendas residencias caninas de El Sauzal y Adeje, y otras dos, de Santa Cruz de Tenerife e Icod de los Vinos.
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