Varios agentes han asumido el coste de esterilización y alimentos de unos animales callejeros que ahora podrían acabar en el zoosanitario por orden de los superiores.
Artículo de Silvia Tubio, tomado de ABC.esAlgunos de los gatos que conforman la colonia debajo de un vehículo intervenido - ABC |
En las instalaciones de la comisaría de Blas Infante se acumulan decenas de vehículos intervenidos y también hay gatos callejeros que han encontrado en estas dependencias un cobijo. Esta colonia felina puede tener los días contados si se ejecuta la orden dictada por un responsable de esas instalaciones para que los animales se los lleve el zoosanitario. El futuro incierto de esos felinos ha sacado a la luz la historia desconocida de unos agentes que hace dos años decidieron hacerse cargo de esos animales, costeándolo de su propio bolsillo por una simple cuestión de cariño. Ahora tratan de convencer a sus superiores para que no expulsen a los gatos.
«Si se los llevan la primera consecuencia es que van a volver a aparecer las ratas. Los gatos viven en el depósito de vehículos que hay en el exterior del edificio. Allí hay coches que están completamente destrozados y que llevan años sin que nadie los retire. Es como un desguace, una zona idónea para que existan roedores que ahora no hay gracias a los gatos». La Plataforma Gatera Sevilla Felina es la entidad que ha asumido la 'tutela' de esos animales callejeros y la que ha dado a conocer la historia que se esconde detrás de los muros de la comisaría.
Hace dos años, un agente se percató de que había cerca de una veintena de gatos y varias hembras preñadas que se habían instalado en el exterior de los edificios que conforman la comisaría de Blas Infante. El funcionario, que es amante de los animales, empezó a hacerse cargo de la colonia. De su propio bolsillo decidió pagar las esterilización y desparatización de algunos ejemplares para evitar una reproducción masiva que hiciera incontrolable la población felina. También les ubicó un punto alejado de los edificios donde les colocó los comederos para que los animales no rebuscaran comida en otras zonas. Un trabajo que según la plataforma permitió que la colonia quedara bajo control y menguara en número de ejemplares. «Esos animales han traído más beneficios que problemas porque también combaten plagas y sobre todo, acaban con los roedores», señala la Plataforma que empezó a ayudar a este agente en la búsqueda de recursos para la esterilización y gastos sanitarios de los animales. Ese funcionario policial se convirtió en una suerte de protector de los animales; una misión a la que poco después se le unieron otros compañeros.
Dos de los gatos entre los vehículos que hay en el depósito - ABC |
Pero la presencia de los gatos molesta a otros policías. El Sindicato Unificado de la Policía (SUP) en un comunicado fechado en junio denunciaba a los medios la existencia de la colonia felina, asegurando que los gatos «campan a sus anchas por todas las instalaciones, pudiendo verlos dentro de los edificios y de los despachos prácticamente a diario». Desde la secretaría general de la comisaría se informó al sindicato que se trataba de una colonia controlada, pero la respuesta no convenció al SUP que en el mencionado comunicado concluía señalando que «esa imagen no deja en muy buen lugar desde luego ni a la institución ni a sus integrantes, pero el mayor problema no es éste, si no el de la higiene, amén de los olores que dejan los excrementos y la orina de los gatos».
Ese comunicado coincide en el tiempo con el oficio que ha recibido la plataforma gatera, firmado por la secretaría general de la Comisaría, en el que se le da de plazo un mes y medio para que retiren los animales o serán sacados por técnicos del zoosanitario. El plazo expira a mediados de agosto. Desde la plataforma no piensan quedarse quietos y ya han pedido amparo a la Dirección General de Derecho de los Animales. «Esos gatos están en unas instalaciones que son de la administración del Estado, es decir que son públicas. No es nada coherente que se promuevan por parte de los cuerpos policiales discursos a favor del respeto a los animales y ahora se quiera acabar con una colonia de gatos que no molesta. Además cuando dicen que se reubique una colonia, ¿no saben que son animales callejeros, que eso no es posible?» La plataforma no es la única aliada de estos animales. Los policías que están cuidando de ellos han pedido que no se les expulse y que se les permita seguir trabajando para que la colonia se mantenga bajo control.
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