Mientras el Ayuntamiento de Barcelona no dejaba prosperar una moción presentada por Jordi Portabella (ERC) para trasladar a Susi y descatalogar la especie, El Salvador nos da una lección de ciencia y ética.
Enviado por Asociación Animalista Libera
Mientras esto sucedía en Barcelona, el gobierno de El Salvador acordó no exhibir más elefantes en su zoo así como adquirir más especies exóticas, para reconvertir el zoo en un centro de recuperación, investigación y educación sobre las especies animales autóctonas en peligro de extinción, con planes de reintroducción. Asimismo, mejorará todas las instalaciones para brindar el máximo de bienestar a los animales, e iniciará una mejora urbana de los alrededores ya que el zoo se encuentra en pleno centro de San Salvador, por lo que el ruido se ha convertido en un estrés añadido para los individuos allí confinados.
El zoo de El Salvador albergó por 55 años a una elefanta asiática, Manyula, quien llegó desde Sri Lanka siendo muy pequeña, y pasó toda su vida en soledad en un espacio muy reducido, padeciendo problemas psíquicos y físicos. Manyula se convirtió pronto en un símbolo nacional; visitantes provenientes de todos los puntos del país iban a verla cada día, ya que la ciudadanía había creado un vínculo emocional con Manyula similar al que los ciudadanos de Barcelona tenían con Copito de Nieve, el gorila albino ya desaparecido. Su muerte en 2010 fue ampliamente cubierta por la prensa; el zoo organizó incluso un funeral, y los salvadoreños formaron largas colas para despedirse de ella y ofrendarle flores.
Al ver esta reacción, el gobierno de El Salvador anunció que habían comenzado a buscar otra elefanta para exhibir en el zoo; pronto, un grupo de activistas de ese país se puso en acción para hacerle llegar al gobierno información sobre el error que estaría por cometer, ya que la tendencia actual es que los zoos no exhiban a esta especie dados los numerosos estudios científicos que han comprobado que los elefantes ven reducida su esperanza de vida a la mitad en este tipo de instalaciones.
Paralelamente, la organización americana In Defense of Animals (IDA), puso en marcha una campaña de envío de e-mails a los políticos que debían tomar esta decisión, para intentar hacerlos cambiar de opinión. Algo que también hicieron con algunos regidores del Ayuntamiento de Barcelona, quienes recibieron miles de e-mails desde Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Kenya, etc., con motivo de la moción presentada por Susi, aunque lamentablemente, no con el mismo resultado obtenido en El Salvador. Por el contrario, los políticos de El Salvador contactaron con IDA para comunicarles que ya no buscarían otro elefante y que han decidido prescindir de esta especie para siempre del recinto del zoo; asimismo, se han comprometido a no adquirir más animales exóticos, reconvirtiendo este espacio en un centro de investigación y recuperación de especies autóctonas en peligro de extinción. Asimismo, comenzarán obras para mejorar las instalaciones y con ellas el bienestar de los animales, así como una mejora del área que circunda al zoo, ya que éste se encuentra en el centro de San Salvador y el ruido urbano afecta negativamente en los animales, provocándoles estrés.
Funeral de Manyula
Desde LIBERA! felicitamos a los políticos de El Salvador que, con mente abierta y dialogante, han respetado los argumentos científicos, han escuchado a la ciudadanía y a los expertos, y han tomado la decisión correcta. Asimismo, alentamos a los políticos del Ayuntamiento de Barcelona a que comiencen a recorrer este mismo camino, en honor a una ciudad que siempre ha estado a la vanguardia en la difusión de la ciencia, pero que lamentablemente en cuestiones como ésta ha decidido dar la espalda a lo que los expertos y el sentido común dictan que se debe hacer.
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