Tomado de Ideal.es
Imagen de archivo de la Calle Tejar. Román. |
Denuncia vecinal
Fueron los habitantes del entorno los que denunciaron que un individuo, vecino de la zona, se dedicaba a disparar a los gatos que deambulaban por el lugar con una escopeta de aire comprimido. Según contaban entonces, solía hacerlo a horas en las que se garantizaba que no lo veían.
Una de las veces escucharon varios disparos y, posteriormente, maullidos de distintos gatos. Uno de los vecinos que salió a la calle encontró entonces un gatito de poco más de un mes de vida que no podía andar. Estaba herido en la zona de la mandíbula, con un ojo y el hocico ensangrentados, y la lengua fuera sin poder meterla en la boca. Lo limpiaron y curaron como pudieron antes de buscar ayuda especializada. No era el primer animal que atendían con heridas similares. Así, pusieron los hechos en conocimiento de la policía que identificó al presunto autor.
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