Las protectoras de animales urgen a sacarlo cuanto antes, mientras que la alcaldesa espera una resolución del problema «en breve».
Artículo de Manuela Díaz, tomado de El Correo.com«Lo hemos intentado todo, pero se pasan unos a otros la pelota y el perro sigue encerrado en el piso. Lleva dos años sin salir de casa, ladrando sin parar. Es insoportable». Vecinos de Galartzauria kalea en Elorrio han presentado varias reclamaciones y denuncias a distintas instituciones para denunciar el maltrato animal que sufre este can cuya dueña mantiene encerrado sin salir de su casa desde hace dos años. Aseguran que se pasa el día y la noche ladrando y que apenas le dejan asomar el morro a través de una pequeña rendija que deja libre la persiana de la ventana. Están «hartos», insisten, e incluso se han ofrecido a sacar al perro a pasear ante la negativa de su propietaria. «Es necesario sacarle de esa vivienda para que tenga una oportunidad, además se ha vuelto agresivo y tememos por la integridad de su dueña», indican.
Se trata de un malinois con mezcla de pastor alemán de unos 40 kilos de peso, uno de los perros de moda que se han visto en películas como MAX y Desierto, y habituales en los equipos de la Policía, Ejército o Guardia Civil. «Son inteligentes, ágiles, fuertes, con buena planta y sobre todo muy activos. No son fáciles y no pueden acabar con cualquiera, porque requieren de mucho ejercicio físico, además de juegos que ejerciten su mente. Una vida sedentaria propicia su ansiedad y es cuando comienzan los problemas», apuntan desde la Plataforma Ciudadana Justicia y Defensa Animal Bizkaia. Según este colectivo, por desgracia, «este tipo de maltratos es más habitual de lo que nos imaginamos» y los daños psíquicos e incluso físicos que acaban teniendo las mascotas son difíciles de revertir.
Cruce malinois y pastor alemán. Foto:Perros Expertos.com |
Ladridos y ruidos
En opinión de los vecinos, el animal «está desquiciado y ladra constantemente, y lo peor de todo es que llevamos dos años así. Esto es insufrible». A los ladridos se suman los ruidos, el continuo ir y venir del perro por las habitaciones y «el oír como rasca el suelo constantemente». Aseguran que por desgracia, no se trata de un maltrato voluntario, ya que a su propietaria, que no atraviesa un buen momento, se le ha ido de las manos el control del animal, que le ha llegado a morder. «Me ofrecí para sacar al perro a la calle, cuando la vi le acababa de morder, tenía miedo y llamé a la Ertzaintza, pero hasta que no vaya a mayores nadie hace nada, es lamentable», se queja otra vecina. «Probablemente han creado un monstruo», apunta otra residente.
Durante los dos años que llevan denunciando esta situación han acudido al Ararteko, al Ayuntamiento, a la Ertzaintza e incluso a Alokabide, propietaria del inmueble de alquiler social donde reside el can. Hace un mes presentaron ante el Consistorio una nueva reclamación con las firmas de todos los inquilinos del portal para solicitar la liberación del perro. Sin embargo, todo sigue igual. «Es una olla a presión y parece que estén esperando a que esto pase a mayores», apuntan. La alcaldesa, Idoia Buruaga, asegura que se está trabajando para resolver esta problemática. «Esperamos que en breve se solucione», afirmó.
Desde las protectoras de animales insisten en que este tipo de canes son como «una bomba de relojería en manos inadecuadas» y urgen a sacar al animal cuanto antes de la vivienda. Por ello, una vez fuera tendrá que ser reeducado ya que podría tener problemas de socialización. En cuanto al estado del ejemplar desconocen ya que el único contacto con el exterior es a través de un ventanal que siempre tiene las persianas bajadas. Es la única luz natural que entra en la casa. «Su dueña admite que no le saca nunca y que le pone un pañal para que hagas sus necesidades, y que el perro le protege, pero es un ser vivo no un mueble, ella no está bien y el perro ha absorbido su desequilibrio», aseguran los testigos.
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