En algún lugar bajo la lluvia siempre habrá un perro abandonado que me impedirá ser feliz. Jean Anouilh
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miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡Especial! Homenaje a la perrita Laika en el 53 aniversario de su viaje sin retorno.

Tomado de VEDA (Voluntarios en Defensa de los Animales)

En los años 60, la historia de Laika conmovió a medio mundo. Esta perrita ha pasado a los anales de la historia como el primer ser viviente enviado al espacio y hoy podemos decir que contribuyó decisivamente a abrir el camino del hombre al espacio. El lanzamiento del Sputnik 2, una nave con forma de cono que medía poco más de un metro y pesaba 500 kilos de peso, se realizó el 3 de noviembre de 1957.

Antes del lanzamiento, nuestra pequeña amiga había sido entrenada para pasar de soportar las difíciles condiciones de la vida en la calle a las del desconocido espacio. Sin embargo, a pesar de toda la preparación, Laika murió una semana después del despegue, abriendo el camino a los futuros viajes especiales.

En la ciudad de las estrellas, en las cercanías de Kaliningrado, se halla un gran monumento en honor a los héroes espaciales rusos. En una pequeña sección, asomándose desde detrás de los cosmonautas, con orejas atentas, se puede observar a Laika como una joya más de la cosmonáutica rusa.

Experimento científico :

El objetivo de los experimentos espaciales era el estudio médico-biológico, con una doble dirección. Por un lado, se pretendía preparar los vuelos para que, en un futuro, pudieran ser tripulados por seres humanos. Y, por otro lado, se quería investigar la repercusión de la radiación cósmica en las mutaciones genéticas, se pretendía investigar los rayos cósmicos y la radiación solar, y analizar la temperatura y presión.

La cápsula en la que Laika fue colocada estaba presurizada y tenía forma elipsoidal. Se encontraba asegurada en su posición por un arnés especial, que le permitía tener acceso a comida y agua dentro de esta cabina presurizada con paredes acolchadas. Electrodos colocados en su cuerpo permitieron a los científicos medir sus signos vitales y constataron que no tuvo problema alguno en el ascenso y la entrada en órbita. La historia cuenta que, una vez que el Sputnik dejó la órbita terrestre, Laika ladró y usó los dispensadores de a bordo para alimentarse y tomar agua.



Laika no ha sido un caso aislado; los viajes especiales con animales han continuado a lo largo de los años. La finalidad de estos experimentos ha ido variando. En un principio, las expediciones con animales mantuvieron las mismas motivaciones que las del vuelo de Laika. Pero, hoy en día, la finalidad apunta más bien a la preparación para viajes tripulados de larga duración por el sistema solar. En este tipo de viajes, los hombres deberán recurrir a la ayuda de otros seres vivos embarcados como, por ejemplo, bacterias que regeneren las provisiones de oxígeno.

La primera astronauta.

El nombre de Laika proviene de la raza de perros rusos a la que pertenece. Fue elegida para la misión por su facultad de permanecer calmada durante largos periodos de tiempo. Una vez escogida, fue duramente entrenada para que permaneciera en pequeños habitáculos sin alterarse.

Según cuenta la historia oficial, Laika murió siete días después del lanzamiento de la nave, el 10 de noviembre, debido a la falta de oxígeno. A pesar de que el Sputnik 2 no había diseñado para regresar a la tierra, la reentrada del satélite y su caída a la tierra tuvo lugar el 14 de abril del año siguiente.

En cualquier caso, hay varias versiones sobre su final, algunas de las cuales rezuman crueldad. Hay historias que cuentan que su última comida contenía veneno para dormir a Laika eternamente. Otras cuentan que se soltaron intencionadamente gases en la cabina para que muriera sin dolor. Gyorgi Grechko, un cosmonauta que había trabajado previamente como ingeniero en el proyecto, sugirió que Laika murió cuando su nave alcanzó altas temperaturas por un problema técnico. Aún sin conocer con certeza el motivo de su muerte, cabe destacar cuánto brindó esta perrita para que el hombre avanzara en la conquista del espacio.

Otros perros astronautas.

Laika no fue la única perra que viajó al espacio. Entre noviembre de 1957 y marzo de 1966, se efectuaron por lo menos trece lanzamientos tripulados, hasta que finalmente se logró una recuperación segura de los pasajeros caninos. De cualquier modo, cinco perros entregaron sus vidas.

Bars y Lisichka mueren el 28 de julio de 1960 durante un vuelo de prueba al explotar el cohete en el que viajaban.

Belka y Lisichka fueron lanzadas con éxito el 19 de agosto de 1960 a bordo del Sputnik 5, pero después de un día en órbita, el vehículo sufrió un contratiempo, aunque sus dos pasajeros caninos fueron recuperados sanos y salvos, pudiendo regresar a la tierra y llevar una vida normal.

Pchelka y Mushka no fueron tan afortunadas. Su nave era el Sputnik 6, que se lanzó el 1 de diciembre de 1960 y orbitó alrededor de la tierra durante un día sin problemas. Sin embargo, durante la fase de recuperación un fallo en el ángulo de reingreso produjo un incendio y la destrucción de la nave, muriendo sus dos ocupantes.

Damka y Krasavka fueron los dos tripulantes de otro Sputnik el 22 de diciembre de 1960, que sufrieron una mejor suerte, ya que aunque falló la fase del cohete superior se abortó el vuelo y los perros fueron recuperados a salvo.

Chermushka, lanzada al espacio el 9 de marzo de 1961 en el Sputnik 9, fue la protagonista de una exitosa misión. Significó un gran logro y ayudó en gran medida a los siguientes vuelos tripulados.

Al igual que Chermushka, Zvezdochka fue la tripulante de una exitosa misión, tan positiva que fue el ensayo final para la primera misión tripulada por un humano.

Verterok y Ugolyok volaron a bordo del Voskhog 3, entre el 22 de febrero y el 16 de marzo de 1966. El vuelo fue monitoreado por video y telemetría a lo largo de los 22 días que estuvo en órbita. Este vuelo todavía es considerado como el más exitoso de los vuelos tripulados por perros y no fue superado por una tripulación humana rusa, hasta el vuelo Skylab 2 en junio de 1974.



La verdadera historia de Laika.

Casi un mes después de que la antigua Unión Soviética pusiese en órbita terrestre el satélite artificial Sputnik-1, esta país dio un buen golpe de efecto al lanzar el 3 de noviembre de1957 su segundo satélite artificial, el Sputnik-2, con un ser vivo en su interior: la famosa perra Laika, de unos 6 Kg de peso.

El animal, un perro abandonado que vagaba por las calles de Moscú, fue capturado y preparado para la misión espacial. Los responsables de la misión consideraban -no equivocadamente- que los perros vagabundos eran capaces de sobrevivir en condiciones más difíciles que aquellos que tenían un hogar... y un viaje espacial no sería precisamente un camino de rosas. Para acostumbrarla al pequeño compartimento en el que volaría dentro del Sputnik-2, Laika -y otros dos perros candidatos, Albina y Mushka- fueron mantenidas en jaulas cada vez más pequeñas durante periodos de 15-20 días.

En realidad, el nombre original de Laika era Kudryavka ("Poco rizada") y su viaje estaría lleno de complicaciones: la cabina presurizada del Sputnik 2 le dejaba suficiente sitio para permanecer tumbada o en pie, pero el animal iba encadenado para evitar que la ausencia de gravedad le hiciese dar vueltas. Un sistema regenerador de aire le proveía de oxígeno y su comida y agua le era entregada en forma de gelatina. Nada más iniciar el viaje, las primeras lecturas de telemetría mostraron que durante el lanzamiento el pulso del animal animal se triplicó y que una vez entró en órbita ésta se hallaba inquieta y nerviosa; no obstante, comía su alimento. La URSS anunció que el animal se comportaba bien y que se encontraba en calma realizando su vuelo espacial y que en pocos días Laika volvería a la Tierra descendiendo a bordo de la cápsula del Sputnik 2 y posteriormente en paracaídas. La realidad sería muy diferente.


Lamentablemente, no había manera posible de que este animal pudiese volver a la Tierra vivo, pues aún no se sabía cómo retornar una cápsula a la Tierra y que sobreviviese un ser vivo a bordo de ésta. Los ingenieros rusos planearon mantener a Laika unos 10 días con vida hasta que las reservas de oxígeno se agotasen. Inicialmente, la URSS , tras desmentir que el animal retornaría vivo a la Tierra , informó que Laika había muerto sin dolor tras una semana en órbita terrestre. Posteriormente los rumores alimentaron la idea de que la perra había sobrevivido sólo unos cuatro días. Pero la verdad no se sabría hasta el Congreso Espacial Mundial de 2002: el científico Dimitri Malashenkov del Instituto de Problemas Biológicos de Moscú informó que, en realidad, Laika murió pocas horas después del inicio de la misión debido a las altas temperaturas y al pánico. La perra sólo sobrevivió durante cuatro órbitas, debido a los problemas térmicos del Sputnik-2: por cuestiones de diseño, el satélite no se había separado de la última etapa del cohete y el animal tuvo que soportar una humedad muy alta y temperaturas de unos 40°C , que acabaron con su vida entre cinco y siete horas después del inicio del vuelo.

Naturalmente, esta información no era conocida por el público en el momento en el que transcurría la misión, por lo que la reacción mundial fue muy variada y en algunos casos muy propia de la época de la guerra fría: asombro, incredulidad, sorpresa... En algunos países, como Inglaterra, la Liga de la Defensa Nacional Canina organizó marchas de protesta guardando diariamente un minuto de silencio por el animal. También, en el mismo pais, la Liga Contra los Deportes Crueles organizó manifestaciones y apeló a las Naciones Unidas y a diversos organismos internacionales para que repudiasen este tipo de experimentos.

Como Moscú había anunciado inicialmente que Laika tenía suficiente alimento para su viaje y que regresaría a la Tierra por medio de un paracaidas, muchas personas estuvieron pendientes de esta misión e incluso algunas aprovecharon para realizar bromas: durante varias horas, la población de Santiago de Chile estuvo convencida de que la perra Laika había caído en su ciudad mediante un paracaídas. Casi todos los habitantes de la zona suburbana, conocida como "Gran Avenida", vieron descender en paracaídas a un gran can que la imaginación popular identificó inmediatamente como la conocida Laika, pero poco después de que el animal llegase a tierra se comprobó que se trataba de un perro y no una perra y que todo el montaje no era más que el fruto de la imaginación de un bromista que lanzó el animal en paracaídas para divertirse a costa de la psicosis de "perras voladoras" que se daba en todo el mundo.

El Sputnik-2 reentraría en la atmósfera terrestre en abril de 1958, con su carga biológica muerta, destruyéndose para siempre.

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2 comentarios:

  1. Tan interesante como triste la historia de Laika.
    Lo leí del tirón el artículo...
    gracias, Daniel, por tanta y buena información.
    Un abrazo.

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  2. 7 letras hola. Dudé si publicarlo ya que es un poco largo, pero me pasó como a ti que lo encontré tan interesante que me lo leí del tirón pensé que a los demás les podía pasar igual, además me resulta muy placentero que la gente conozca la historia de esta perrita callejera que terminó orbitando alrededor de la Tierra. Tengo ciertos vínculos románticos con ella y su historia, yo nací y me crié en un país comunista dependiente totalmente de la antigua Unión Soviética y la perrita Laika era tema en las clases del colegio.
    Como dices, interesante, pero triste historia.
    Gracias por tus comentarios.
    Un abrazo.

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