En algún lugar bajo la lluvia siempre habrá un perro abandonado que me impedirá ser feliz. Jean Anouilh
SI ESTÁS BUSCANDO UNA MASCOTA PARA ADOPTAR, PINCHA EN MI ELINK DE FACEBOOK DONDE ENCONTRARÁS MUCHOS DE DIFERENTES PROTECTORAS Y GRUPOS. NO LO DEJES PARA MAÑANA, PUEDE QUE SEA YA DEMASIADO TARDE.
Powered By Blogger

Seguidores

Ya son más de 2.300 seguidores, súmate

lunes, 9 de septiembre de 2013

Un lobo cojo, triste esperanza de la especie en Extremadura

A mediados del siglo XIX se mataban en la provincia de Badajoz más lobos que en toda Galicia. Hoy está prácticamente extinguido.

Artículo de César-Javier Palacios, tomado de La Crónica Verde.

No tiene nombre pero podríamos llamarlo Lástima. La que da la foto tomada por un vecino en la Sierra de Serrejón, al norte de Cáceres. Un viejo ejemplar de lobo solitario, con la pata trasera derecha amputada por culpa de un cepo. Y que no da nada de pena a los ganaderos a quienes, supuestamente, ya ha matado 80 ovejas.

A pesar de venenos, lazos, disparos y atropellos, pero sobre todo mucho odio, poco a poco el lobo va ampliando su distribución en España al sur del río Duero. Coloniza así territorios de donde había sido extinguido hace más de un siglo, como Ávila, Salamanca o Madrid.

Aunque en este avance no debemos imaginarnos valientes animales enfrentándose con fiereza a mil peligros para encontrar un buen lugar donde asentar su manada. Los adelantados suelen ser jóvenes en dispersión, más despistados que otra cosa. Como la loba encontrada muerta este verano en Holanda, seguramente procedente de Alemania. O el lobo esloveno que fue capaz de recorrer cuatro países en apenas dos meses. Pero también se mueven los ejemplares más viejos o inútiles. Como el pobre bicho visto este verano en Serrejón, la triste esperanza de la recuperación de la especie en Extremadura. 

A mediados del siglo XIX se mataban en la provincia de Badajoz más lobos que en toda Galicia. Hoy está prácticamente extinguido. Sin embargo, en los últimos años ha iniciado una silenciosa reconquista en el Parque Nacional de Monfragüe, Las Batuecas y la Sierra de Gata.

Los cazadores deberían agradecer su aparición, pues les ayudará a mantener más sanas las poblaciones de especies cinegéticas. Pero será difícil convencer a los ganaderos. Como en el romance de la loba parda, los pastores no quieren recuperar la borrega arrebatada. Lo que quieren es hacer “de su cabeza un zurrón, para meter las cucharas”.

Puedes seguir (si quieres) a Jorge-Javier Palacios en Twitter o en Facebook.

votar

No hay comentarios:

Publicar un comentario