Artículo de Raúl Hernández Ortega, tomado de Café Fuerte.com
No se trata de una noticia fabricada por los medios de la “mafia de Miami” para denigrar de la realidad cubana, ni de rumores incensatos que están rodando en la isla. Lo revela el propio diario Granma mediante una carta publicada en la edición del pasado 13 de septiembre: los monos están sueltos desde hace más de un año, según denuncia Luis Herrera, un campesino de la cooperativa “Lino Alvarez” que hace mucho tiempo está elevando quejas sin que se haga nada para poner definitivamente en jaulas a los animales.
Con total impunidad
“Permítanme poner en su conocimiento un problema muy serio que se viene realizando a nuestro entender con toda impunidad”, escribió Herrera, preocupado por los feroces ataques de los monos a los cultivos de la cooperativa.
También refiere, que en una reciente asamblea de rendición de cuentas a los electores, el delegado de su circunscripción dijo que ya el problema estaba resuelto y los monos habían sido recogidos. Pero que al parecer el delegado mintió o no comprobó una información que le fue transmitida, pues el caso sigue sin resolverse, a pesar de que -dicen- Cuba está viviendo un momento de cambios en todos los niveles.
No escapan los animales de los tantos problemas que padece Cuba sin que se vislumbren soluciones. Cada año se incrementa el número de ejemplares de la fauna silvestre que son capturados indiscriminadamente. Cocodrilos, caguamas, manatíes, cotorras o pequeñas aves como las mariposas y los azulejos, que migran anualmente a la Isla, son capturados por personas que los comercializan para de esa forma obtener alguna ganancia que les permita subsistir.
La población de gatos ha disminuido considerablemente desde que su carne pasó subrepticiamente a formar parte de la dieta de algunos humanos, mientras cada vez son más los perros abandonados por sus dueños que deambulan por las calles.
Estragos de la claria
Si todo esto fuera poco, tenemos que agregar que hay dos especies introducidas por el gobierno y que se fueron de control, provocando grandes y en ocasiones irreversibles daños a la economía y al ecosistema. Me estoy refiriendo a los búfalos de agua, que han causado en algunas zonas de Pinar del Río más estragos que los monos en La Habana y a las famosas clarias, que han invadido con la ayuda del hombre casi todos los ríos, lagunas y charcas de Cuba, eliminando a especies acuíferas autóctonas.
Mientras esto sucede, en muchos municipios de Cuba quedó terminante prohibido desde septiembre de este año la cría de cerdos, caballos, chivos y carneros en áreas urbanas. Esta medida se toma ante el auge de epidemias, entre ellas el cólera, y debido a la convivencia sin las condiciones sanitarias necesarias de seres y humanos y animales. La población está sintiendo ya el rigor de esta medida, pues pierden una fuente de obtención de alimentos y un importante medio de transporte, en el caso de los caballos. Y todos sabemos las situaciones que enfrentan a diario los cubanos para alimentarse y transportarse en las actuales condiciones de la Isla.
O sea, que aunque pudiéramos considerarlo con fundamento, solo las autoridades toman medidas en contra de la población y como casi siempre, lo que hacen es prohibir.
Mientras tanto, los monos siguen en sus habituales incursiones “sueltos y sin vacunar”, para decirlo en buen cubano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario