La familia ya ha recuperado al perro, pero está preocupada por la tortuga con la que también convivían, ya que quedó en el interior de la vivienda.
Tomado de Igualdad Animal.org
Una familia de Móstoles se encontró al llegar a casa la cerradura cambiada y una nota avisando de que se había procedido a su desahucio, cuya fecha desconocían. El perro que vivía en el hogar fue enviado a la perrera municipal, como si se tratara de una más de las pertenencias de la familia que, según la nota dejada en la puerta se daban por “abandonadas”.
En el folio escrito a mano que la familia encontró pegado con cinta aislante en la puerta de su vivienda, se podía leer:
«Por medio de la presente comunicamos que la comisión judicial ha practicado en el día de hoy la diligencia de lanzamiento acordada por el juzgado de primera instancia número 5 de Móstoles en procedimiento EJH 1150/10. La posesión de la vivienda se le ha dado a la parte ejecutante Cajamadrid (sic), y los bienes que se encuentran en el interior de la misma se consideran abandonados. El perro ha sido llevado a la perrera municipal».
Lo primero que ha hecho la familia, ha sido recuperar al perro, trámite que les ha costado 50 euros. Sin embargo, una tortuga permanece en la vivienda. «Pobrecita, cómo tendrá el agua de sucia», se preocupa Teresa.
El abogado de la familia discute la decisión del juzgado de seguir adelante con el desahucio al comprobar tras entrar en la vivienda que estaba habitada y que hasta el perro se encontraba dentro. «Podían haber aplazado el desahucio, pero cuando han llamado al juzgado para avisar de que la vivienda estaba habitada les han dado orden de seguir adelante», afirma.
martes, 22 de mayo de 2012
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