En algún lugar bajo la lluvia siempre habrá un perro abandonado que me impedirá ser feliz. Jean Anouilh
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viernes, 10 de agosto de 2012

El corzo pierde su buena imagen

Artículo de Arsenio Escolar, tomado de Blogs 20 minutos

En el bar del pueblo casi alcarreño, se habla de los recortes de Rajoy y de la prima de riesgo, y de si guardar o no guardar un fajo de euros atados con una goma debajo del colchón. Se habla incluso de los Juegos y de las pocas medallas. Pero se habla sobre todo de la sequía, de que los olivos traen este año mala cosecha, de que no hay ni una codorniz y pocas perdices, de que se ven muchas águilas… Y se habla también, y muy mal, de los corzos.

Cuando yo llegue aquí, hace más de 15 años, no había corzos. Recuerdo la primera vez que vi uno, en una zona de monte cerrado cerca de la Fuente del Ardal. Lo conté en el bar y no me creían. Luego les hacía gracia, les gustaba a los parroquianos ese nuevo vecino.

Por entonces apenas salían de las zonas espesas de robles y encinas. Un día, un macho a la carrera estuvo a punto de tirarme por una quebrada. Venía huyendo de un paisano de un pueblo vecino que iba armado con una cámara de vídeo. “Tenemos licencia para matar uno en todo el término, y estamos viendo cuál tiene mejor cabeza”. También comenzaron a tirarles algunos furtivos. Una tarde que volvía en el coche por caminos polvorientos, me pararon los del Seprona y me hicieron abrir el maletero. Nunca he cazado nada ni le he tirado a nada. Miento: a los palillos en las barracas, de chaval.

Pese a cazadores legales y a furtivos, los corzos perdieron poco a poco parte de su miedo al hombre (y a los perros, Menorca incluida) y acabaron bajando primero a las zonas onduladas de olivar, y luego a las llanas de cereal. Comen tan campantes los brotes tiernos de cebada en primavera, los rastrojos ahora. Por las noches, bajan a beber al pilón, en las afueras del casco urbano. ¡Han dinamitado su buena imagen, ya solo se habla mal de los corzos en el bar!

- ¡Es que se comen todo! ¡Los girasoles, las matas tiernas de melón cuando están echando, hasta las cortezas de los frutales jóvenes!

- Todo no. La mata de tomate no les gusta.

- ¡Toma! ¡Solo nos faltaba que también eso!

- El de la caza ha echado la cuenta de que hay entre 50 y 60 en el término, ¡y mira que es pequeño el término!

- ¡Y subiendo! - Y van tres accidentes este año ahí en la carretera de Soria, uno casi se sale y se mata. Y los del seguro del coche, a reclamar al coto, como si fueran nuestros.

Esta mañana, en unas dos horas de paseo, he visto… Bueno, varios; algunos de ellos en una reguera muy cerca del pueblo, casi tranquilos a mi paso. No voy a decir cuántos ni aquí ni en el bar.

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