Mucho mejor que ver los animales encerrados en minúsculas jaulas son estos parques que sin llegar a ser un Parque Natural tampoco son un Zoológico. Disponen de espacios muy amplios para cada especie. Lo ideal sería que desaparecieran estos almacenes de seres vivos pero mientras tanto ojalá que todos fueran como este.
Daniel Santos Bonachea.
Enviado por 20 Minutos
Desde los pueblos de Obregón y Cabárceno, a sólo 17 kilómetros de Santander, se puede acceder a uno de los más importantes espacios para la naturaleza salvaje en España, el Parque Natural de Cabárceno, que ocupa 750 hectáreas de una antigua explotación minera a cielo abierto.
En este paisaje kárstico se puede contemplar un centenar de especies animales de todos los continentes. Los animales se encuentran en régimen de semilibertad. Por este motivo, Cabárceno no es estrictamente un parque natural al uso, pero tampoco un zoológico. En el parque residen bisontes, canguros, cebras, gorilas, tigres y leones, entre otros. A la entrada desde Obregón se encuentra también el Reptilario, donde en elaborados espacios climatizados tienen su lugar víboras, cobras, tortugas y lagartos.
El centro tiene tres rutas botánicas, coincidentes con los hábitats de varias de las especies animales más visitadas, y divididas también según la flora. Donde merodean los tigres está la ruta de los tejos, alcornoques y nogales, una de las zonas ajardinadas mejor cuidadas del parque. Por otro lado, la ruta de los abedules, tilos y hayas se encuentra junto a los recintos de las hienas y los lobos, mientras que entre los recintos de los leones y los bisontes se puede recorrer la ruta de los castaños y pinos.
Además dispone de diversas cafeterías y restaurantes en los que recargar fuerzas antes de seguir disfrutando del entorno. El horario en verano es de 9.30 a 19 horas y existen tarifas especiales para grupos de más de 20 personas así como la posibilidad de hacerse con la tarjeta Amigos de Cabárceno, que permite entrada libre sólo o junto con toda la familia los 365 días del año, dependiendo de la modalidad contratada.
Así que ya sabes. Si quieres disfrutar de un gran día en familia o simplemente eres un enamorado de la fauna salvaje, tienes que conocer Cabárceno. Si acudes pronto tendrás la oportunidad de saludar a un nuevo inquilino: el osezno Aragón. Eso sí, no le regales ningún peluche, pues la última vez que recibió uno le arrancó la cabeza.
lunes, 23 de agosto de 2010
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Es cierto, éste es un zoo que menos se parece a un zoo.
ResponderEliminarLos animales disponen de amplios espacios, siendo lo más parecido a su habitat natural.
Saludos.
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ResponderEliminarPor muy bonito que parezca también sufren los animales. Las jirafas hembras y una de las especies de cebras mueren de frío en invierno (no es su habitat natural evidentemente), a pesar de tener calefacción instalada no aguantan. Y ahora parece ser que han reducido la ración de comida para varios animales. Me parece penoso si esto es cierto. Los animales deben estar en su habitat natural y si los queremos ver para aprender algo sobre ellos en el cine en 3D. No al parque de cabárceno ni a ningún otro zoológico.
ResponderEliminarQue razón tienes. Que lastima de humanidad
EliminarHola "Anónimo", ya me parecía a mi que siendo como un zoológico fuera tan ideal, pobres animales, es verdad, aunque les pongan calefacción no es su medio, tienes mucha razón, eso solo habría que verlo en el cine en 3D.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.