La protectora Latido Animal afirma que son prácticas recurrentes en el municipio entre animales callejeros o abandonados.
Artículo de Toledo Diario.esLa protectora Latido Animal de Toledo busca a los “psicópatas” responsables de la muerte de una gata, que falleció a raíz de seis perdigones de escopeta en el cráneo. Distintas asociaciones y protectoras de animales preparan una denuncia conjunta por maltrato animal, que presentarán tanto ante la Guardia Civil y también para poner en conocimiento de la situación al Ayuntamiento de Burguillos, localidad donde ocurrieron los hechos.
Fue un ciudadano quien encontró al animal en “mal estado” en la carretera, y procedió a llevarla al veterinario, pensando que se trataba de un golpe en la cabeza. La gata dio a luz a dos gatitos al volver de la clínica veterinaria. La protectora se hizo cargo del caso, y el animal se quedó ingresado en una clínica veterinaria. “Parecía que tenía un golpe en la cabeza, pero tenía un perdigonazo en la oreja que se pudo quitar fácilmente”, explica Delia Fernández de la APA Latido Animal.
De este modo, se le suministró tratamiento antiinflamatorios, así como sueros y antibióticos. “Parecía en un momento que iba mejorando, porque no mantenía el equilibrio, se iba para los lados y se hacía todo encima”. Pasados los días la situación no mejoró, así que hicieron una radiografía, en la que se pudieron ver los seis perdigones en el cráneo, así como otro en la parte de atrás del lomo. “Fueron los perdigonazos los que hicieron que se inflamase el cerebro. Luego se desinflamado, y se quedaron incrustado, lo que afectó a la salud de la gatita”, señalan.
El animal desarrolló ataques epilépticos y daños neurológicos, que finalmente le ocasionaron la muerte en la noche de este martes. Además de esto, la protectora asegura que tienen “constancia” de que no es el primer caso en el que se mata a un animal abandonado o callejero de esta manera en la localidad. “Por la zona del Mercadona, la gente abandona gatos y otras deciden ir a jugar al tiro con los gatetes, o los envenena. Pero no se denuncia, porque la gente tiene miedo y por eso pedimos la colaboración ciudadana para encontrar a los responsables”, explica Fernández.
Además, advierte de que los perdigonazos servirán como prueba para identificar a los responsables “psicópatas”. “Está prohibido ir con una escopeta dentro de un núcleo urbano, y matar a un animal a perdigonazos es un delito de maltrato animal, con consecuencia de muerte”, recalca Delia. Las penas, según el Código Penal, pueden ir de prisión de tres meses hasta año de cárcel, así como inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y la tenencia de animales. en este caso, se podrían asumir circunstancias “agravantes” como la utilización de armas, y también por la muerte del animal.
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