Tomado de El Nuevo Herald
Abriéndose paso entre los sorprendidos transeúntes, Alexei se lleva al can —que también está sorprendido— a su automóvil estacionado a la vuelta de la esquina y lo acomoda en el asiento de atrás.
Alexei forma de una docena de activistas por los derechos de los animales en Sochi que se han alarmado ante las noticias de que la ciudad ha ordenado la matanza de miles de perros callejeros antes y durante los Juegos Olímpicos de Invierno. Estos activistas recogen a los perros de las calles para llevárselos a sus casas o refugios temporales antes de encontrarle un dueño en otra parte.
Un perro callejero camina frente a los aros olímpicos en el Parque Olímpico de Sochi el lunes, 3 de febrero de 2014. Robert F. Bukaty / AP Foto |
Esta noche, varios de esos perros tendrán una vida distinta.
Dina Fillipova, la esposa de Alexei, ha pillado a uno en Svetlana, un barrio en el centro de Sochi. Luego que Alexei recogió al Labrador, la pareja se dirigió a dos refugios. Cuatro perritos indefensos esperan ser recogidos en uno de los refugios, mientras que uno más terco está en el otro.
"Adoro a los perros, pero eso es lo de menos", dijo Fillipova. "Incluso si eres una persona que no te gustan los niños y no quieres ser padre, cuando uno ve a un babé tirado en la calle sangrando o te enteras de gente mala que les hace daño, uno quiere hacer algo para rescatarles".
Un perro callejero camina por el Parque Olímpico de los juegos de Invierno el jue- ves, 6 de febrero de 2014, en Sochi, Rusia. Robert F. Bukaty / AP Foto. |
Alexei puede terminar así la noche y regresar a su casa. La siguiente misión se encuentra ahora a 120 kilómetros a lo largo de la costa del mar Negro.
Son las 3 de la madrugada y el auto repleto de perros llega a una plaza en la localidad de TuapseIgor.
Ivan Airapetian, un empresario retirado es quien conduce la camioneta con matrícula de Moscú. Airapetian estrecha la mano de otro conductor. Se trata de su amigo Zamir Aslanov, quien ha manejado 1.600 kilómetros (1.000 millas) desde Moscú y está casi exhausto. Ahora será el turno de Airapetian de regresar a casa.
Cuando le preguntan sobre la suerte de los perros, Airapetian da cuenta sobre criadores y la gente que los adoptará.
"Los perros viven en sitios de construcción, son alimentados por los obreros, les ponen nombres", dijo Fillipova. "Una vez se complete la construcción, los perros se quedan sin dueños".
La esperanza de Airapetian es que la atención que la prensa internacional ha prestado los últimos días a los perros callejeros estimule a las autoridades a que pongan fin al tratamiento cruel de los perros.
Cuando se le consultó sobre las matanzas, la alcaldía de Sochi respondió con un comunicado de prensa en el que anunció la apertura de una perrera.
"Ojalá que esto hemos visto no se tenga que repetir", dijo Airapetian.
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