Artículo de Nieves D. Amil, tomado de La Voz de Galicia.
Tamara y Daniel decidieron quedarse con el cachorro en el piso en el que viven y ayer volvieron para La Voz al lugar del rescate. CAPOTILLO. |
En apenas unos minutos, su novio subió con la perra en brazos, la cubrieron con una chaqueta y regresaron empapados a casa para poner en marcha la búsqueda de un hogar para Aria, como llamaron a este cachorro de podenco. «Le pusimos Aria por la ría, como la encontramos en el agua», explica.
Una de las imágenes de Facebook días después de rescatarla. |
Las redes sociales se convirtieron en el escaparate de su historia. En apenas tres días, más de 400 personas habían compartido la publicación en Facebook y los candidatos para quedarse con ella se contaban por decenas. Incluso el whatsapp también ayudó. Pero ya era tarde. Daniel y Tamara le habían cogido demasiado cariño a Aria como para entregarla a otra persona. «Es como un bebé, estamos todo el día con ella y si nos separamos, llora», señala López. De nuevo un impulso y grandes dosis de cariño les llevaron a sumarlo a la lista de animales con los que convive esta ejemplar pareja de Pontevedra. «Todo el mundo alaba lo que hicimos, pero yo no sé por qué, solo hicimos algo normal», indica la joven estudiante de 23 años, que cree que alguien pudo haberse deshecho del cachorro tirándolo al agua.
El veterinario que los atendió les explicó que seguramente hicieron lo mismo con parte de la camada. «Intentamos ver si había más en el agua, pero no encontramos nada», explica López, que es quien cuenta la historia mientras su novio trabaja. «Nos comentaron que pudieron haberse deshecho de ella porque son perros de caza y las hembras no valen», indica Tamara López, que diez días después de rescatarla aún se sorprende del apoyo de la ciudad por el impulso de salvar a Aria.
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