Este perrito se llama Patán, es el colmo de la desgracia. De bebé lo rescataron del fondo de un pozo, encontró una familia que al poco tiempo decidió deshacerse de él, fue a un refugio donde recibió mucho amor, pero merecía un hogar.
Al cabo del tiempo le encontraron otra familia que después de tenerlo un año, igual que hizo la anterior, tomó la determinación de que ya no lo querían volviendo nuevamente al refugio donde a pesar de estar bien atendido, definitivamente no es lugar para un perrito que por dos veces ya ha conocido lo que es una casa.
Con casi total seguridad no va a poder soportar el sufrimiento de verse de nuevo sin una familia, sin una morada. Es por eso que desde aquí llamo la atención de posibles adoptantes para Patán, merece encontrar de una vez y para siempre su familia, su casa, su felicidad.
¡Tiene derecho!
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