Enviado por Ecoticias
El coordinador del proyecto de reintroducción del halcón peregrino en Barcelona, Eduard Duran, con once años de experiencia en la tarea, ha señalado que la pareja de aves había anidado este año unos metros por encima de su ubicación habitual, por lo que la webcam instalada no permite esclarecer los hechos.
En todo caso, ha explicado que para los visitantes es "imposible" acceder a la zona donde anidan los halcones, ya que primero deberían pasar por una verja de hierro cerrada con un candado, por lo que sospechan de algún trabajador del templo, o alguien con acceso a la zona de obras.
La ausencia de webcam no permite tampoco conocer el número de polluelos que habían criado este año, aunque Duran ha relatado que los halcones son "muy buenos padres" y, cuando han ascendido al nido para comprobar la ausencia de los polluelos, éstos presentaban un comportamiento "agresivo", defendiendo una prole que alguien se ha llevado.
Se trata de la primera puesta que llevaba a cabo la hembra que anida en la zona junto a un macho, que llegó el año pasado tras la muerte de la anterior pareja, y que fue hallada en el suelo con una herida grave, tras perder una ala, un suceso poco habitual debido al alto grado de experiencia que alcanzan las aves adultas en sus vuelos diarios.
En la actualidad anidan cinco parejas de halcones en el entorno metropolitano de Barcelona, de las que dos han tenido crías este año --la pareja de Sagrada Familia y la del acantilado de Montjuïc--, otras dos no, y la quinta se desconoce todavía si lo ha logrado.
REINTRODUCCIÓN EN BARCELONA
Los especialistas calculan que viven unos 15 ejemplares de halcón peregrino en el área metropolitana de Barcelona, reintroducidos a partir de 1999 tras un cuarto de siglo desde su desaparición en la ciudad, que cazan al año alrededor de 5.500 aves --palomas, gaviotas y cotorras, entre otras--.
Los halcones --'Falco peregrinus'-- se alimentan mediante la caza de un pájaro de media al día, al que capturan gracias al dominio de los cielos que le aporta su visión --se cree que alcanzan a ver la curvatura de la tierra-- y su inigualable velocidad --400 kilómetros por hora en caída en picado y 300 en caída oblicua--.
El halcón peregrino fue reintroducido en Barcelona después de que la última pareja conocida fuera abatida en 1973 en la Iglesia de Santa Maria del Pi, y el programa impulsado por el Ayuntamiento de la ciudad y la empresa Thalassia ha permitido la puesta en libertad de 47 ejemplares desde 1999, si bien en la actualidad ya no se producen más liberaciones.
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