Enfrentaría hasta 15 años de cárcel por arrastrar yegua

Ejemplar sentencia en Puerto Rico contra este salvaje que no se le ocurrió otra idea que atar a su yegua al coche y arrastrarla por toda la urbanización.
Ojalá los tribunales españoles tomen nota y se trate aquí de la misma manera que en otros países a los que disfrutan provocando sufrimiento a los animales.

Daniel Santos Bonachea.

Tomado de Primera Hora

jueves, 16 de septiembre de 2010
Leysa Caro González / Primera Hora
El joven que cruelmente amarró una potranca de siete meses a su vehículo y la arrastró por la carretera porque ésta no quería caminar fue declarado ayer culpable por violación a la Ley 154 para el Bienestar y la Protección de Animales. Se expone a cumplir entre 11 años y medio y 15 años de cárcel.

Se trata del primer caso de maltrato de animales en Puerto Rico que llega a un juicio en su fondo, aseguró el fiscal del caso, Andrés Fernández. “Es un precedente bien importante porque no sólo llegó a juicio, sino que resultó culpable. De ahora en adelante, las personas que piensen en maltratar a un animal, lo van a pensar en varias ocasiones. Ciertamente sienta un precedente”, dijo.

Usualmente, en este tipo de caso, las partes llegan a acuerdos para imponer las penas mínimas o se pagan los gastos hospitalarios del animal. Pero, en este incidente en particular, dijo, “ el acto fue una crueldad extrema y había que llevarlo a sus últimas consecuencias”.

Georgie López Vigo, de 23 años, fue declarado culpable por 12 ciudadanos y su sentencia quedó pautada para el mes de noviembre. Éste se expone a cumplir la pena máxima, que es de entre 11 años y medio y 15 años.

El incidente ocurrió el pasado 7 de febrero cuando un residente de la urbanización Jardines de Daguey, de Añasco, se querelló con la Policía al percatarse de que un hombre estaba arrastrando una yegüita por la vía principal del mencionado complejo.

Tras la intervención, el joven se limitó a responder que “como (el animal) no quería caminar, la arrastró”.

Fernández indicó que durante el proceso judicial el joven no mostró arrepentimiento alguno o, por lo menos, no lo verbalizó de ninguna forma. Tras el veredicto, fue ingresado a la cárcel Las Cucharas de Ponce.

Antes de poder reclamar su derecho de libertad bajo palabra, explicó el fiscal, tendría que haber extinguido el 60% de su condena y pagar una multa de $10,000.

“Se hizo justicia”

Para el ex presidente del Colegio de Médicos Veterinarios, Víctor Oppenheimer, quien sirvió de perito durante el juicio, el veredicto le pone punto final al mito de que ninguna persona podría ser encausada por maltrato de animales.

“Pudimos probar que la Ley 154, si es llevada adecuadamente y si se hace un informe de evaluación del animal profesionalmente y con honestidad, se puede hacer cumplir”, sostuvo el veterinario con clínica en Ponce.

Aseguró que este veredicto de culpabilidad es sólo el comienzo de un gran movimiento en contra del maltrato de animales. “Esto tiene que acabar ya. Podemos eliminar el maltrato de animales cambiando la mentalidad tercermundista que tenemos hacia éstos”, sentenció.

Les aconsejó a los veterinarios generalistas a fungir de peritos en este tipo de casos. Aunque, a su vez, le reclamó al Departamento de Justicia emitir su opinión referente al proyecto de ley 1371, radicado en la pasada sesión legislativa y que busca establecer un fondo que podría ser utilizado en los casos de maltrato para ubicar a los animales en hogares sustitutos, albergues y para pagar otros servicios necesarios.

Lisa Embree, del Programa Rescate de Caballos de Puerto Rico, de Ciudadanos Pro Albergue de Animales de Aguadilla y quien ha tenido bajo su cuidado a Milagros, estaba más que feliz con el resultado.

“Gracias, Dios, por este milagrito y porque se nos hizo justicia. Queremos que este caso se sepa, porque vamos a crear la conciencia de que ya está bueno de maltrato”, expresó.

Desde febrero, Milagros está bajo el cuidado de Embree. Su recuperación hace honor a su nombre. Siete meses después de haber sido arrastrada, hoy es un animal completamente distinto a pesar de que quedó marcada de por vida, pues nunca podría ser montada debido a las lesiones.

“Tiene su piel bien saludable, está bien alimentada, disfrutando de su calidad de vida. Está pipona y gordita”, dijo Embree, quien se dedica a rescatar equinos abusados.

Aseguró que es bien cariñosa, y no violenta como se quiso establecer durante el proceso judicial. “Hay miles de caballos abandonados en las calles y que son maltratados. Es un problema serio”, lamentó.