Los cascos azules del Programa Medioambiental de la ONU (UNEP, por sus siglas en inglés) han trasladado en avión a nueve gorilas huérfanos a Kasugho, zona próxima a la reserva natural de Tayna (República Democrática del Congo) para reconstruir su ecosistema, víctima de las agresiones de la población humana, la guerra y la violencia.
Según fuentes de este organismo, los primates eran tres crías procedentes de Goma (provincia de Kivu Norte) y seis adolescentes de la vecina Ruanda, cuyo traslado se hizo efectivo a raíz de las continuas recomendaciones del Instituto Congoleño para la Conservación de la Naturaleza (ICCN) y de la Fundación del Gorila Diane Fossey.
Gracias a ello, estos nueve ejemplares tendrán la oportunidad de comenzar una nueva vida en la zona Este del país con la ayuda de las fuerzas de paz al servicio de la misión de la ONU en la RDC (MONUC). En el conjunto de este país, Ruanda y Uganda, sólo quedan actualmente unos 750 gorilas de montaña y 5.000 de las tierras bajas orientales en estado salvaje.
Desde el primer momento, los investigadores pensaron que el transporte terrestre sería demasiado difícil y traumático para los gorilas, por lo que tomaron la decisión de trasladarlos por vía aérea. Además, durante todo el viaje, estuvieron acompañados por veterinarios y cuidadores.
"Cuidar la Tierra que todos compartimos no sólo es trabajo de los gobiernos", critica el jefe de la MONUC, Alan Doss, quien anunció la decisión de ayudar a reubicar a los gorilas en una ceremonia de premios de conservación que tuvo lugar ayer en Kinshasa, la capital del Congo.
Además, en este acto se rindió homenaje a ocho congoleños que fallecieron el año pasado tratando de preservar la fauna y de los recursos naturales de la zona, al igual que cerca de 200 guardaparques asesinados en los últimos 15 años en los hábitats protegidos de la Virunga, región fronteriza entre Uganda y Ruanda.
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